El presidente de Argentina, Mauricio Macri, y el popular conductor de televisión Marcelo Tinelli dejaron atrás la polémica en un encuentro ayer en la residencia oficial en la que intercambiaron sus rostros en un Snapchat tuiteado por el propio mandatario.
La cumbre en la residencia de Olivos, en la periferia norte de Buenos Aires, fue anunciada el martes y mantuvo en vilo a la prensa política, deportiva y del espectáculo, en medio de una controversia que pareció un asunto de Estado entre el gobierno y Tinelli, en cuyo programa se parodia a Macri. No trascendió el contenido de la conversación, pero desde su cuenta de Twitter el presidente dio a conocer partes del encuentro, que duró unos 50 minutos, por medio de dos breves videos del abrazo de recepción y de un audio de Snapchat en el que se escuchan sus voces bromeando en la despedida.
La reunión se produjo luego de que el taquillero animador de televisión fuera víctima de un ataque por tuit el viernes pasado bajo el hashtag TinelliMercenarioK, en que se acusaba al animador de servir a intereses de la oposición kirchnerista, pese a que la exmandataria Cristina Kirchner (2007-2015) también es parodiada en su programa.
El Gobierno negó el martes que le moleste el humor político.
