Vistoso, de colores brillantes y un encanto singular. Así es el colibrí, considerado una de las aves más bellas del planeta, pero también una de las más pequeñas y frágiles.
Quizás fueron estas últimas dos características del llamativo pajarito las que llevaron a las autoridades a bautizar como Mainumby –colibrí en lengua guaraní– a la niña paraguaya de 11 años que el pasado jueves 13 de agosto dio a luz.
La menor, que mide menos de 1.40 metros de estatura, fue violada por su padrastro. Su historia es emblemática en Paraguay, un país dividido en torno al tema del aborto.
ABUSOS
El caso saltó a la palestra el pasado 21 de abril, cuando la pequeña fue llevada por su madre a un hospital en Asunción (capital), tras quejarse de dolor estomacal.
Tras la revisión médica, se descubrió que la supuesta molestia era realmente un embarazo.
Mainumby señaló como responsable a su padrastro, Gilberto Benítez Zárate, quien ahora permanece en prisión.
De acuerdo con informes de la fiscalía, el padrastro abusaba de la niña al quedar solo con ella en casa. La violó en varias ocasiones.
Benítez Zárate se ha declarado inocente y acusa a su expareja, a quien tilda de “pleitera”, de conspirar en su contra.
La madre de Mainumby –cuyo nombre no ha sido divulgado para preservar la identidad de la niña– estuvo dos meses en la cárcel acusada de violación del deber de cuidado.
Y es que Mainumby, estando ya embarazada, tuvo cuatro consultas médicas en las que le diagnosticaron parasitosis, un mal frecuente en niños de Paraguay.
“Fui injustamente tratada porque recurrí a muchos hospitales, recurrí a las personas que tenían que decirme qué era lo que le pasaba a mi hija, pero nadie me dijo nada”, dijo la mujer.
Relató que en 2014 se presentó en la fiscalía ante la sospecha de abusos, pero la fiscalía desestimó la denuncia. “Nadie nunca supo que yo también era una víctima más de este señor. Me maltrataba mucho y yo, por miedo, no lo denunciaba. Mi hija siempre me decía que no pasaba nada, pero seguramente por miedo, porque la tenía amenazada”, agregó.
La preadolescente fue recluida en un albergue al amparo de las autoridades.
POLÉMICA
Ante el revuelo por el caso, Amnistía Internacional pidió el martes último a las autoridades paraguayas que eliminen las trabas legales que impiden el aborto.
“La trágica historia de esta niña ilustra lo que está mal en cuanto a los derechos humanos de mujeres y niñas pobres y marginalizadas en Paraguay”, publicó Amnistía en un informe colgado en su página web.
La ONG sostiene que se trata de un “trágico recordatorio de la necesidad urgente de que Paraguay revoque su estricta ley antiaborto”.
Pero en el Gobierno paraguayo hay posiciones encontradas en torno al tema.
El senador opositor Carlos Filizzola considera que es “imposible poner en práctica una ley de aborto preventivo, porque la Constitución prohíbe la interrupción de la gestación salvo cuando la madre esté en peligro”.
Según Filizzola, “para cambiar la Constitución se necesita mucha movilización social y fuerza política, porque el Congreso debería llamar a la asamblea nacional constituyente para realizar modificaciones” a la carta magna.
NIÑA CRIANDO NIÑA
Con 3.55 kilos de peso, el pasado jueves nació la bebé de Mainumby, tras una cesárea sin complicaciones. Las dos están bien, informó Elizabeth Torales, abogada de la niña.
Torales explicó que se intentará asegurar que tanto la recién nacida como Mainumby queden al cuidado de la madre de esta, quien, según destacó la abogada, no se separa de su hija y prácticamente convivió con ella durante los últimos días del embarazo.
Ahora, Mainumby deberá sopreponerse a todo lo que a su corta edad le ha tocado vivir. Será un reto, pero si influye en ella su sobrenombre, logrará extender sus alas y emprender el vuelo al igual que el colibrí, única especie de ave capaz de volar en todas las direcciones.
(Con información de ‘ABC Color’, www.cuatro.com, Reuters y AP).
