SALUD PÚBLICA

Malaria, una enfermedad sin erradicar

Malaria, una enfermedad sin erradicar
Malaria, una enfermedad sin erradicar

Los mosquitos hembra Anopheles con una sola picada son capaces de trasmitir el parásito causante de la malaria o paludismo. El zancudo no conoce de frontera ni límites. Sus hembras buscan sangre para alimentar a su progenie y van de cuerpo en cuerpo transmitiendo la enfermedad en un ciclo muy difícil de eliminar. Pero no imposible.

En Panamá, la malaria es una enfermedad al acecho, y el mayor número de casos se reporta en las poblaciones indígenas.

Los parásitos que transmiten el paludismo son cinco especies, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), pero los dos más peligrosos son el Plasmodium vivax y el Plasmodium falciparum, este último puede agravar la condición de salud de un paciente y causarle hasta la muerte.

Los registros epidemiológicos del Ministerio de Salud (Minsa) muestran que en el país circula tanto el Plasmodium vivax como Plasmodium falciparum, y que al comparar los casos de las personas que presentaron la enfermedad hasta octubre de este año con los reportados el año pasado para el mismo mes, hay un aumento de 48 casos. En 2017 se contabilizaron 531, mientras que este año la cifra asciende a 579.

Este último informe también indica que el aumento de las personas con paludismo está dentro de lo esperado, porque se han dado brotes de Plasmodium vivax en las comunidades del río Tuira, provincia de Darién, en la comarca Guna Yala (La Miel, Puerto Obaldía y Playón Chico) y en la comarca Ngäbe Buglé y Colón.

El reto

Ante esta situación, el Minsa y el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (Icges) asumieron el reto de lograr erradicar la malaria en el año 2020 como parte del Plan Estratégico de Eliminación (PEEM) de la Malaria, firmado en abril pasado entre las autoridades de salud y representantes de la OPS, en el cual se plantean las acciones necesarias para alcanzar la eliminación de casos autóctonos en el país.

Entre las medidas que se deben tomar se encuentra la búsqueda activa de los casos, abordaje integral, orientación a la comunidad y rociado intradomiciliar.

De hecho, datos de Epidemiología evidencian que hasta octubre pasado se han reportado 549 casos autóctonos y 30 importados de malaria. Y en todo el año 2017 se dieron 599 casos autóctonos y 31 importados, es decir, un total de 630 personas presentaron la enfermedad.

En ese sentido, el departamento de Epidemiología del Minsa informó que los casos de la enfermedad persisten en las áreas indígenas porque no han podido eliminar los focos maláricos.

Además, el problema clave que han encontrado es la diferencia lingüística entre la población de los grupos indígenas y los funcionarios de salud que acuden a esas regiones con los programas de prevención y control.

Los funcionarios de Epidemiología informaron que durante los talleres con las entidades evidenciaron las brechas en diagnóstico, tratamiento, investigación y respuesta, por ello el PEEM se basó en estos aspectos.

El viceministro de Salud, Eric Ulloa, explicó que como país no vamos a avanzar, no solo contra la lucha del mosquito, el vector; sino en la búsqueda activa de casos, por lo cual debemos trabajar con la comunidad, promotores, con las asociaciones para buscar activamente los casos y tratarlos rápido para disminuir la transmisión.

Añadió que existen algunos obstáculos, como dispersión de localidades endémicas, áreas endémicas situadas en fronteras internacionales, características socioculturales de las poblaciones indígenas, entre otras.

Sugerencias y estudio

En tanto, el científico del Icges Nicanor Obaldía III recomendó hacer un abordaje multisectorial que involucre al Minsa, el Ministerio de Vivienda, el Viceministerio de Asuntos Indígenas, entre otras entidades, para dirigir los esfuerzos hacia los focos endémicos (mejorando viviendas y sistemas de drenaje, así como fumigando y eliminando los criaderos de los mosquitos).

Sostuvo que llevan adelante un estudio que esperan forme parte de la base para proponer el establecimiento de un sistema de vigilancia epidemiológica molecular de parásitos importados o resurgentes en Panamá y Mesoamérica [desde la península de Yucatán en México, Centroamérica y Panamá].

El investigador indicó que con esta propuesta se pretende determinar la diversidad genética y estructura poblacional, a fin de entender la epidemiología o dinámica de la enfermedad, así como la biología de su transmisión, que son elementos claves para la implementación de una programa de eliminación exitoso.

De Obaldía III afirmó que los resultados preliminares de la investigación titulada Diversidad genética y estructura poblacional de los parásitos de la malaria humana de Panamá indican que durante 2007-2012 el parásito de Plasmodium vivax circulante en Panamá se encontraba en una fase “clonal” (altamente relacionado genéticamente o entrecruzados), lo que indica una diversidad baja, en consecuencia baja transmisión. Estos resultados proveen evidencia del avance hacia la eliminación.

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