Militares abatieron ayer a un hombre en una céntrica estación de trenes de Bruselas, cerca de la turística Gran Plaza, tras una explosión considerada por la fiscalía belga como un “ataque terrorista”, el último de una serie en Europa.
Hacia las ocho de la noche local, soldados que patrullaban la Estación Central “neutralizaron con disparos” al sospechoso, indicó el portavoz de la Policía belga, Peter de Waele.
La fiscalía federal confirmó a AFP su muerte durante la noche.
Bélgica, donde un atentado dejó 32 muertos en marzo de 2016, revivió escenas de pánico, un día después de que un hombre atropellara a musulmanes cerca de una mezquita en Londres (un muerto) y otro asaltante muriera en un fallido ataque en los Campos Elíseos de París.
Los hechos ocurrieron sobre las ocho de la noche, cuando “se produjo una pequeña explosión” en la estación, dijo en rueda de prensa el portavoz de la fiscalía federal, Eric Van Der Sypt, que los calificó de “ataque terrorista”.
“Los militares presentes en la escena neutralizaron al sospechoso” después de la explosión, explicó el vocero del Ministerio Público encargado de investigar los casos de terrorismo, quien aseguró desconocer la identidad del fallecido.
El hombre gritó Alá Akbar (Alá es grande) antes de “hacer explotar una maleta con ruedas” en el “entresuelo” de la estación, según el testigo Nicolás Van Herrewegen, empleado de la compañía de ferrocarriles de Bélgica, SNCB.
El portavoz de la Policía belga indicó que “no hubo heridos”.
Casi una hora después del atentado, las autoridades belgas aseguraron que la situación estaba “bajo control”.
“Gracias a nuestros soldados, a los servicios de seguridad y al personal de la SNCB por su profesionalidad y su valentía”, tuiteó el primer ministro belga, Charles Michel, anunciando una reunión para hoy del Consejo Nacional de Seguridad.

