Musa vestida de 'diablo rojo'

Musa vestida de 'diablo rojo'

A pocos días de cumplirse un año de su salida de las calles de la ciudad de Panamá, los “diablos rojos” se han convertido en la musa de escritores, artistas plásticos, cineastas, fotógrafos y más.

Tuvieron su pabellón en la Bienal del Sur; también la exposición fotográfica “Cementerio de diablos”, de Sofía Verzbolovskis en Allegro; en la Feria Internacional del Libro estuvieron sus puertas traseras con sus respectivos retratos de personajes locales y foráneos decorando el piso donde se daban los debates literarios; aparecieron en portadas de libros y en afiches de eventos culturales, y su última parada, el conocido “cementerio de ´diablos rojos” en Howard, fue escenario del reality show de acción The Hero con el actor Dwayne Johnson, La Roca. Todo en 2013.

Ya desde que se venía hablando del fin de los autobuses escolares importados de Estados Unidos (EU), se iban generando resquicios de arte: un bus convertido en una galería de arte rodante; el documental La Ruta, de Pituka Ortega Heilbron; reportajes y crónicas de periodistas extranjeros o la muestra “Diablos Rojos: fin de una era”, también de Verzbolovskis, expuesta en Nueva York, EU, en 2012.

Hasta protagonizaron una moderna decoración en una vitrina de la tienda Hermès, cual pieza vintage o kitsch, según se mire.

Y si se va mucho más atrás, se recuerdan los versos de Mi bus, de Pedrito Altamiranda: “Porque mi bus es máquina e colores/mezcla de razas, clases y olores...”.

´MONOLITOS ROJOS´

Una de las más recientes manifestaciones inspiradas en los “diablos rojos” fue “Enlaces; isla, mar y arte”, una exposición de tres esculturas de 700 kilogramos en forma de prismas del artista y escritor español Ehrior Sanabria, hechas con la carrocería de algunos de los buses que aguardaban su turno para el desguace en el cementerio de Howard.

Las piezas son una suerte de monolito, pero de metal con rastros de los colores y los pregones que lucieron durante los 40 años que brindaron el servicio, siempre dejando una estela de humo pardo y polémicas.

La propuesta de Sanabria consiste en mostrar la última dimensión o expresión de un “diablo rojo” y cada prisma, apunta, concentra la historia contemporánea de Panamá. Porque, considera el artista, en sus carrocerías los “diablos rojos” eran capaces de representar una parte de la historia del país, mejor que varios libros de la materia.

Aparte de las tres esculturas expuestas, Sanabria tiene otras que planea exponer más adelante en una galería y luego en algún punto público de gran flujo.

Y aprovecha para pensar en voz alta otro proyecto: “Sería interesante una colectiva de varios artistas sobre este concepto...”.

¿Por qué tanta producción artística nacida de los odiados y amados “diablos rojos”? Sanabria dice que, por su parte, cuando supo que serían retirados de circulación, sintió la necesidad de crear algo al respecto.

“Se trata de algo muy particular (...) Algo endógeno y propio de Panamá; una referencia para toda América Latina”, considera.

Algo parecido han de haber sentido sus colegas, contagiados por la salsa que lleva el bus por donde pasa, como dice Pedrito en su canción.

Todavía en las calles de la ciudad se pueden ver los pocos “diablos rojos” que han sobrevivido al exterminio, con su música al máximo y su violento transitar que inspirará a más artistas.

Cuando llegó el fin de los “diablos rojos” el 15 de marzo de 2013, la Autoridad de Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT) sacó de circulación 2 mil 404 buses; 550 quedaron en un limbo temporal, mientras sus propietarios hacían el papeleo para recibir la compensación.

Es decir, eran cerca de 3 mil los “diablos rojos” que circulaban por Panamá y San Miguelito.

Ahora solo quedan los que atienden una parte de la demanda de los usuarios en 24 de Diciembre y el sector norte de San Miguelito, pero solo tienen permitido llegar hasta las plazas La Doña y la Gran Estación, respectivamente, indica Nicolás Brea, secretario general de la ATTT.

Solo las rutas de Chepo tienen patente de corso para transitar por las arterias de la capital.

La ATTT no maneja la cifra exacta de “diablos rojos” que quedan en esas rutas.

LAS MÁS LEÍDAS