La trayectoria de Rubén Darío Carles como servidor público, su honestidad, transparencia y patriotismo fueron resaltados durante el funeral de Estado celebrado ayer en la catedral Metropolitana para despedir a quien fue excontralor de la República (1989-1993). Los presidentes de los tres órganos del Estado, así como familiares y amistades de Chinchorro, políticos, empresarios, sindicalistas y miembros de la sociedad civil abarrotaron la catedral Metropolitana.
'NECESITAMOS MÁS CHINCHORROS'
Su entrega como servidor público, honestidad, transparencia y patriotismo fueron las cualidades que se resaltaron de la vida de Rubén Darío Chinchorro Carles durante el funeral de Estado celebrado ayer en la catedral Metropolitana, tras su fallecimiento el pasado domingo.
Con la asistencia de los presidentes de los tres órganos del Estado –Ejecutivo, Legislativo y Judicial– así como del cuerpo diplomático acreditado en el país, dirigentes políticos, empresariales, de los trabajadores y organizaciones civiles se dieron cita en las exequias de quien fuera contralor de la República entre 1989 y 1993.
Chinchorro, como le decían de cariño, falleció en su residencia a los 94 años de edad.
Además de contralor, Carles ejerció la docencia y fue fundador de la Escuela de Economía de la Universidad de Panamá. También participó en la política y corrió–infructuosamente– como candidato presidencial en las elecciones de 1994.
HONESTIDAD Y TRANSPARENCIA
El funeral, presidido por el arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, empezó puntual, a las 11:00 a.m.
De acuerdo con el religioso, lo que hizo posible que el gobierno ordenara un funeral de Estado para Carles fue su “integridad, su coherencia, su transparencia y su honestidad”.
El arzobispo definió a Carles como un hombre auténtico, sencillo y orgulloso de sus raíces. Era oriundo de Penonomé, Coclé.
Habló del amor que le tenía a su familia, en especial a su esposa Querube, y apeló para que en Panamá los matrimonios copien ese ejemplo de amor y valores.
“Nos hacen falta más matrimonios con esta convicción ética de la vida, con esa capacidad de enseñar a amar a los suyos, pero también al prójimo. Aquí encontramos el extraordinario valor de la familia”, dijo.
Recordó que durante su gestión como contralor fue tildado de “avaro” y “tacaño”, pero que esas presiones no afectaron su gestión, en la que valoró profundamente “cada centavo de los recursos del Estado como el más celoso guardián, porque para él era impensable seguir la “lógica de los corruptos”, según la cual hay que aprovechar la posición en el gobierno o las relaciones con un funcionario para robar dineros del erario.
Dijo que los recientes casos de corrupción “ponen en evidencia que no pocos funcionarios comparten esta lógica, en vez de tener respeto y cuidado del dinero recabado de los impuestos que pagamos los ciudadanos...”.
‘MÁS CHINCHORROs’
Durante la ceremonia, el arzobispo llamó la atención a la clase política, sobre todo a los diputados. En un tono enérgico, expresó: “Señores políticos, señores legisladores, no caigamos en el juego del modernismo, de ideologías alienantes disfrazadas de derecho que buscan erosionar los cimientos de nuestra sociedad panameña al trastocar los cimientos de la familia”.
Para el arzobispo, el sepelio de Carles –declarado por decreto como día de reflexión nacional– es una oportunidad para que como “ciudadano [o] servidor público podamos detenernos en el camino recorrido por este extraordinario panameño. Y extraordinario, porque supo hacer las cosas ordinarias de manera extraordinaria”.
“En este momento histórico, nuestro país necesita más Chinchorros Carles, capaces de poner todos sus talentos, de ceñirse el cinturón de la austeridad, manejar adecuadamente nuestros bienes, para comprometernos en construir un país más justo, equitativo y solidario”.
LA CEREMONIA
Las sillas de la iglesia se dividieron. Se reservó la fila a mano izquierda para el presidente de la República, Juan Carlos Varela, sus ministros de Estado y otros servidores públicos. Mientras que en la otra fila se sentaron los familiares y amigos.
El presidente Varela llegó en compañía de su esposa, Lorena Castillo de Varela, y ambos se sentaron al lado del presidente del Órgano Legislativo, Adolfo Valderrama, y del presidente de la Corte Suprema de Justicia, José Ayú Prado.
A la mano derecha se encontraban sentados Querube viuda de Carles, acompañada por sus hijos, familiares y amigos. Frente a ambas filas, una pintura de Chinchorro Carles, en la que estaba vestido con su peculiar corbata en forma pajarita [gatito] y un sobrero.
La fila para darle las condolencias a la familia Carles era extensa, casi llegaba a la puerta principal de la iglesia. Querube, en tanto, lucía triste pero tranquila.
Iniciada la homilía, los ministros de Estado y el presidente Varela hicieron guardia de honor ante la cripta con las cenizas de Carles.
Los primeros en empezar la guardia fueron los ministros de Comercio e Industrias, Melitón Arrocha; de Trabajo, Luis Ernesto Carles, y de Salud, Francisco Javier Terrientes.
Luego, el turno fue para Varela, Valderrama y Ayú Prado. También participaron en la guardia de honor la primera Dama; la vicepresidenta y canciller de la República, Isabel de Saint Malo de Alvarado, y el Contralor de la República, Federico Humbert.
El diputado de Cambio Democrático Aristides De Icaza; la defensora del Pueblo, Lilia Herrera; el ministro de Desarrollo Agropecuario, Jorge Arango, entre otros, también rindieron honores al excontralor.
El funeral de Estado para Carles también contó con la participación de la Banda Republicana y la presencia de estudiantes del Instituto Nacional, quienes entregaron una ofrenda floral.
El mandatario Varela entregó a la viuda la bandera nacional.
Muchos de los que asistieron decidieron utilizar la corbata en forma pajarita que identificaba a Carles.
El empresario I. Roberto Eisenmann, fundador del diario La Prensa, fue escogido por la familia Carles para dirigir un mensaje a los presentes y en este resaltó la vida de Chinchorro como servidor público.
Indicó que fue un hombre honesto y patriota, además de luchador incansable por la democracia y la libertad.
El empresario relató la vida en el exilio que experimentó con Carles cuando fueron expulsados del país durante la dictadura de Omar Torrijos.
Destacó que visitó a Carles en su lecho de enfermo y que el profesor le susurró al oído: “Boby, me preocupa el país”. “Se nos moría un patriota”, contó Eisenmann.
UN EJEMPLO
Otros asistentes también resaltaron la trayectoria de Carles. “Vinimos a celebrar una vida más que la muerte... creo que es un ejemplo para las próximas generaciones”, declaró el expresidente Ernesto Pérez Balladares.
El titular de Salud, Francisco Javier Terrientes, manifestó que el profesor Carles es un ejemplo de lo que debe ser un servidor público.
“Ojalá todos los funcionarios se vean en el espejo de su trayectoria”, acotó.
Mientras tanto, el ministro de Desarrollo Agropecuario, Jorge Arango, resaltó la labor que realizó el excontralor en pro de los campesinos y la producción nacional.
El expresidente de la Asociación Panameña de Ejecutivo de Empresa Fernando Aramburú Porras señaló que la trayectoria de Carles fue realmente impresionante, siempre dedicado al servicio al país
A su vez, el excontralor José Chen Barría aseguró que Carles fue un ejemplo de lo que debe ser un hombre de Estado, que sabía anteponerse a las cosas políticas para cumplir con el deber de todo funcionario, que es servir.
El embajador de Estados Unidos en Panamá, Jonathan Farrar, dijo que el excontralor jugó un papel importante en la restauración de la democracia en Panamá.
Al finalizar la ceremonia, Querube bajó las ventanas del automóvil en el que se transportaba para saludar a los ciudadanos que siguieron los actos desde la parte externa de la iglesia.
Los restos de Carles reposarán en el Santuario Nacional.










