La selección de Panamá se despidió anoche de la Copa América Centenario de Fútbol, con una derrota ante Chile, en la última fecha correspondiente al Grupo D, disputada en el estadio Lincoln Financial Field de Filadelfia, en Estados Unidos. Los chilenos se impusieron 4 goles a 2, con dos anotaciones de Eduardo Vargas y dos más de Alexis Sánchez. Miguel Camargo y Abdiel Arroyo marcaron los goles por los panameños, que ganaron un partido y perdieron dos en el torneo.
Dos goles de Eduardo Vargas en el primer tiempo y otros dos de Alexis Sánchez en el segundo pusieron fin a las aspiraciones de Panamá y encaminaron a Chile a una victoria por 4-2 en la última fecha de la fase regular.
Chile demostró su clase y pegada ante unos 27 mil fanáticos en el Lincoln Financial Field y ahora se prepara para un complicado encuentro ante México por los cuartos de final este sábado en Santa Clara, California.
Panamá llegaba al partido con la posibilidad de eliminar al actual campeón de América, pero el sueño solo duró 10 minutos.
El arranque no pudo ser mejor para una Panamá que en la batalla de las rojas salió vestida de blanco para la ocasión. Los chilenos intentaron salir jugando de atrás y aquí estuvo atento Roberto Nurse para robar el pase y arrancar una ofensiva que Miguel Camargo terminó en gol producto de un fuerte derechazo que no pudo controlar el arquero del FC Barcelona Claudio Bravo.
Panamá, que necesitaba de una victoria para lograr el pase, conseguía adelantarse en el marcador contra todo pronóstico gracias al primer gol en la selección nacional de Camargo, cuando el reloj marcaba apenas los 5 minutos en Filadelfia.
La idea de marcar la salida chilena con los dos delanteros centro en Nurse y Luis Matador Tejada le resultaba al técnico Hernán Bolillo Gómez, pero el encuentro apenas empezaba.
Una de las incógnitas en la previa era si Panamá podía aguantar la intensidad de los actuales campeones de América, teniendo en cuenta que el onceno panameño había sido un equipo de destellos en sus primeras dos apariciones en este torneo.
Esa duda quedó despejada con 40 minutos de presión constante de Chile por las dos bandas, con los laterales Jean Beausejour y Mauricio Isla subiendo sin parar en un ritmo que Panamá intentó aguantar como gato boca arriba.
Pero cuando tienes a jugadores del nivel de Arturo Vidal y Alexis Sánchez, tarde o temprano vas a sufrir.
Y así fue en un pase de Vidal a Sánchez para un disparo del atacante del Arsenal inglés que pudo rechazar el arquero Jaime Penedo, solo para que el rebote lo mande a guardar Vargas para el 1-1 al minuto 15.
La anotación de Vargas despertó a los fanáticos chilenos que llegaron en mayoría al estadio y aterrizó a los panameños que por 10 minutos soñaron con una revancha en cuartos de final ante México.
El guión siguió con los sudamericanos constantemente desbordando a la defensa panameña.
En uno de esos centros cabeceó Vidal solo para que Penedo le dijera que no con una mano salvadora.
A Panamá le costaba salir de atrás, no encontraba a su válvula de escape favorita Alberto Negrito Quintero y solo chispazos de Camargo en intentos de ataque muy efímeros.
¿La razón?
Presión y ritmo chileno que derivaron en el segundo gol con otro centro por afuera y frentazo a las redes de Vargas para el 2-1 al 43.
En el segundo tiempo Bolillo cambió totalmente la propuesta del juego aéreo y físico de sus dos puntas a la frescura y velocidad de Gabriel Torres y Abdiel Arroyo.
La consigna era aprovechar los espacios de la siempre vertical Chile, pero Alexis acabó con las ilusiones temprano con un martillazo de volea para el 3-1 cuando solo iban cinco minutos del segundo tiempo.
De aquí en adelante Arroyo y Torres amenazaron constantemente a la defensa chilena con desbordes y velocidad, en una señal de que los jóvenes estaban más que listos para el reto.
Fue así que a falta de 15 minutos llegó un centro al segundo poste de Bravo y cabezazo de Arroyo para el descuento de Panamá.
Panamá terminaba el partido atrevida, con un aire fresco de juventud gracias en gran parte a las suspensiones y cambios de Bolillo.
Ya no estaban los experimentados Felipe Baloy y Blas Pérez, tampoco Armando Cooper y Aníbal Godoy por suspensión.
Y esa oportunidad no la desaprovecharon los más jóvenes en una propuesta que podría poner a pensar a Gómez para cuando venga lo más importante, que son las eliminatorias mundialistas en el mes de septiembre.
Se acabó la Copa, de vuelta a casa para Panamá y Bolillo a sacar conclusiones de lo bueno y lo malo de esta oportunidad histórica, que ojalá no tengamos que esperar otros 100 años para ver de cerca.







