PINTADA DE VERDE... Y MÁS

ADMIRACIÓN. Yo, raro en mí, sigo optimista... y eso que los tiempos que vivimos no son alentadores. Sigo optimista porque en este país, donde la indiferencia por lo público ha sido la regla, los ciudadanos han despertado de su letargo y están luchando por preservar el entorno natural que enmarca sus vidas. Desde los vecinos de Ancón, que le han plantado cara con fiereza al cortesano mayor, hasta la gente de Arraiján, que se ha anotado un tremendo poroto defendiendo el cerro Cabra de un ministro que no se entera si son 70 ó 500 hectáreas las que va cediendo. Igual aplaudo a los moradores de Chilibre, que se enfrentaron con esos tongos “made in Gustavo Pérez time”, en demanda de algo simple: agua... agua corriente, no en carros cisterna. Bravo también por las enfermeras que piden un salario justo, en tiempos en que unos cuantos bellacos se doblan las dietas, mientras reparten “directamente y por invitación” el pastel de la bonanza y los negocios. También estoy contenta porque esta semana se inauguró en el Parque Natural Metropolitano el Sendero Dorothy Wilson para personas discapacitadas. Me alegra, porque la doctora Wilson es el símbolo mismo de la lucha por el bien común. Dorothy Wilson se enfrentó, en otro tiempo, a otra prepotencia presidencial en defensa del parque de sus amores. Y allí sigue, tratando de hacer conciencia entre ciegos y torpes. A Dorothy Wilson y a los vecinos de tantos y tantos lugares que viven avasallados por “el progreso” y la codicia, les dedico con admiración mi Pintada de Verde de hoy.