“Que ese pacto no quede solo como una firma. Queremos acciones y que las mujeres estemos involucradas en ellas”, exclamó Sonia Henríquez, coordinadora nacional de las mujeres indígenas, ante un colmado lobby del Tribunal Electoral (TE).
Cada cinco años, desde las elecciones de 1994, los políticos que aspiran a cargos de elección popular se comprometen a velar por los derechos de las mujeres y porque la igualdad de género sea un hecho en el país.
También cada cinco años, organizaciones como el Foro Nacional de Mujeres de Partidos Políticos y Alianza de Mujeres de Panamá analizan en qué se ha avanzado en el tema a lo largo de los años y elaboran un documento para que los candidatos se comprometan a cumplir con lo que “los gobiernos que pasaron no cumplieron”, según coinciden varias activistas.
Ayer, los siete aspirantes a la Presidencia –con excepción de Juan Carlos Varela y Genaro López, quienes fueron representados por sus respectivas candidatas a vicepresidenta– firmaron el IV pacto “Mujeres, desarrollo e igualdad 2014-2019”.
La única vez que no se firmó un pacto de esta índole fue durante el período electoral para los comicios de 2009.
El nuevo documento para el próximo quinquenio contempla ocho puntos fundamentales para la agenda de mujeres, que las organizaciones pretenden sea incorporada en los planes de gobierno de todas las fuerzas políticas.
Ordenamiento constitucional y legal; salud de las mujeres; pobreza y desarrollo; cultura, educación e identidad nacional; fortalecimiento de la institucionalidad de la mujer y de las oficinas ejecutoras de las políticas de igualdad de oportunidades; participación política de las mujeres; vida libre de violencia; y diversidad étnico-racial y no discriminación, son los puntos que arrojó el proceso de consulta realizado durante 2013.
“Cuarto pacto y la agenda sigue más o menos en el mismo lugar”, recordó en su turno al estrado Isabel De Saint Malo, candidata a vicepresidenta por la alianza “El pueblo primero”.
Uno de los puntos en el que coincidieron algunas mujeres de distintos partidos es que son estos mismos los que las privan de hacer política.
“En la política partidista, el papel de la mujer es muy bajo, y se entiende porque el nivel de la política también ha llegado a su nivel más bajo”, dijo Raisa Banfield, candidata a vicealcaldesa por la alianza “El pueblo primero”.
En la misma línea opinó Maribel Gordón, candidata a vicepresidenta por el partido Frente Amplio por la Democracia (FAD), y agregó que “la partidocracia no tiene el interés de promover y garantizar la participación de las mujeres”.
Además, lamentó –con euforia– que los partidos no cumplan con la cuota del 30% de participación de las mujeres en los cargos postulados.
“Se dice que aquí hay democracia, pero en este país no hay democracia. Gobierno tras gobierno dejan de lado a mujeres profesionales para poner gente de su partido, sus empresas y familiares”, denunció, y encendió la bomba de aplausos del salón abierto.
HABLAN LOS HOMBRES
A la gran cantidad de mujeres indígenas que llegaron al acto –cerca de 30% del público en total–, el candidato presidencial perredista Juan Carlos Navarro las saludó en cuatro dialectos distintos, acorde con la comarca a la que pertenecían. Recibió una fuerte ovación.
A las afrodescendientes lo hizo con un: “Good afternoon to you all. God bless you” (Buenas tardes a todos. Dios las bendiga). Nadie respondió a su gesto.
Después de un largo saludo protocolar, y ante los gritos de unos 50 seguidores vestidos de azul, el perredista destacó que de ganar las elecciones del 4 de mayo, su administración luchará por llevar a cero la tasa de feminicidio, que haya igualdad en los salarios, y que su gobierno será “paritario”.
Por su parte, el candidato presidencial por Cambio Democrático, José Domingo Arias, enfatizó que el documento que firmaría minutos después “recoge mucho del su plan ciudad mujer”.
Dijo que si gana las elecciones de mayo próximo trabajará por esas jóvenes que quedan embarazadas y deben renunciar a sus estudios, y que dará más recursos al Instituto Nacional de la Mujer (Inamu).
Pero ni Navarro ni Arias generaron tantos aplausos y empatía con el sexo opuesto como el candidato presidencial independiente Juan Jované, a pesar de que él no contó con el respaldo, cánticos (como “¡Ciudad mujer! ¡Ciudad mujer!” o “¡Se siente, se siente, Navarro presidente!”) y gritos de las decenas de mujeres que llegaron vestidas de azul y rosado, respectivamente.
El economista culpó al sistema por invisibilizar a la mujer, “porque debajo de su trabajo está la explotación del hombre”, y dijo que espera que “los partidos tradicionales por lo menos tomen en serio este tema. Han estado en el gobierno por años y nunca hicieron nada para cambiar esto”.
Además, opinó que debería haber un Ministerio de la Mujer dirigido por mujeres, “porque ellas no necesitan que las lideren, necesitan que les den espacio”.
Finalmente, el también aspirante por la vía independiente Gerardo Barroso, se limitó a decir que ama y respeta a todas las mujeres, que ellas y los niños son lo más bello de los países, y que de ganar las elecciones repartirá equitativamente el 50% de los puestos públicos entre ambos sexos.
