El presidente de México, Enrique Peña Nieto, dijo ayer lunes que las reformas aprobadas al inicio de su gestión fueron “el logro más trascendental” de su administración, al presentar su sexto informe de gobierno, el último antes de entregar el poder al electo Andrés Manuel López Obrador.
“Las reformas estructurales son, sin duda, el logro más trascendental de esta administración y han sido nuestro aporte más importante al desarrollo del país”, dijo Peña Nieto durante el evento en el Palacio Nacional.
El mandatario saliente consideró que las reformas, que incluyeron modificaciones constitucionales en sectores clave como el energético, pero que también abordaron educación, empleo y finanzas, entre otros temas, representaron una “audaz agenda de cambios profundos” y “el eje” de su gobierno.
“Este gobierno no se propuso solo a administrar, nos hemos dedicado a transformar a México”, agregó.
Sin embargo, varias encuestas han calificado a Peña Nieto como el presidente más impopular del país. La firma Mitofsky, por ejemplo, asegura que la popularidad del mandatario ha caído sin cesar desde noviembre pasado, ubicándose en un 18% de aprobación a un trimestre de terminar su sexenio.
En su discurso, Peña Nieto reconoció “rezagos y desafíos” que no se lograron superar pese a los esfuerzos realizados. Admitió que en materia de seguridad pública, el éxito obtenido en un primer momento en reducir la capacidad de grandes organizaciones criminales dio pie al surgimiento de bandas de menor tamaño cuyo accionar ha producido una escalada de la criminalidad.
“Estoy consciente de que no alcanzamos el objetivo de lograr la paz en el país, para ello se requerirá de un esfuerzo sostenido por largo tiempo”, dijo.
Con más de 28 mil asesinatos, 2017 fue el año más violento para México en las últimas dos décadas. Desde finales de 2006, cuando el Gobierno lanzó una ofensiva militar contra el crimen organizado, la cifra supera los 200 mil homicidios.

