La Policía española sigue tras la pista de Younes Abouyaaqoub, uno de los cuatro miembros aún fugados de la célula yihadista que cometió los atentados en Las Ramblas y Cambrils, en Barcelona, ambos reivindicados por el grupo terrorista Estado Islámico (EI).
Contrario a lo que se informó el viernes, medios españoles señalan que Abouyaaqoub sería el conductor de la camioneta que el jueves por la tarde arrolló a unas 100 personas en Las Ramblas y mató a 13.
A pesar de los ataques, el Gobierno español decidió mantener el nivel de alerta antiterrorista en 4 sobre una escala de 5, al estimar que no hay elementos “que apunten a la comisión de un atentado de manera inminente”, indicó el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido.
Zoido dijo que la célula, compuesta por una docena de personas, ha quedado “desmantelada”. Sin embargo, el consejero de Interior del gobierno regional catalán, Joaquim Forn, se mostró más cauto y afirmó que no puede “dar por finalizada” la investigación hasta que se conozca el paradero o se detenga “a las personas que creemos que forman parte de esta célula terrorista”.
Uno de los epicentros de la investigación es el pueblo de Ripoll, donde vivieron siete integrantes de la célula, y donde ayer fue registrada la casa del imán Abdelbaki Es Satty, presunto cerebro de los atentados.
Incidentes en Finlandia y Rusia
La Policía finlandesa confirmó ayer que el marroquí de 18 años que arrestó después de que apuñaló y mató a dos personas en la ciudad de Turku parecía haber agredido específicamente a mujeres y que el incidente está siendo tratado como vinculado con el terrorismo.
El sospechoso, arrestado el viernes tras ser baleado en una pierna por la Policía, llegó a Finlandia en 2016, afirmaron las fuerzas de seguridad. Agregaron que posteriormente detuvieron a otros cuatro marroquíes por posibles vínculos con él.
Las dos mujeres fallecidas eran finesas y entre los heridos hay un italiano y dos suecos.
Por otro lado, el grupo terrorista Estado Islámico revindicó ayer un ataque con cuchillo que dejó siete heridos en Surgut, en la región rusa de Siberia. El autor del atentado fue abatido por la Policía, que abrió una investigación por “tentativa de homicidio” y no por “terrorismo”.
