Una prueba de ADN practicada a un segundo grupo de restos encontrados a orillas del río Culebré, en Bocas del Toro, confirmó que algunas de las piezas pertenecen a la holandesa Kris Kremers, de 21 años, desaparecida el pasado 1 de abril en Boquete, Chiriquí.
Así lo confirmó ayer la fiscal primera superior de Chiriquí, Betzaida Pittí, quien confirmó que este segundo grupo de huesos fue hallado el pasado 2 de agosto en un lugar cercano al sitio donde se ubicaron los restos identificados en junio pasado.
La funcionaria detalló que las evidencias fueron localizadas en la márgenes del río Culebré, a no más de dos horas de donde se ubicaron los primeros restos.
A la vez, dijo desconocer la procedencia de la información difundida por algunos medios de comunicación que daban cuenta de que en este segundo grupo de huesos no se había identificado ninguno perteneciente a las jóvenes desaparecidas.
Por su parte, el jefe del Laboratorio Biomolecular del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (Imelfc), Diomedes Trejos, explicó que entre el segundo grupo de restos óseos, que fue recuperado por indígenas, había huesos de ganado bovino y porcino, una parte del radio del brazo de un infante y un cráneo de un hombre.
También fue encontrado un hueso plano correspondiente a una costilla, que coincidió con el ADN de los padres de Kris Kremers.
Trejos precisó que estos restos óseos fueron recibidos en el Imelfc el 9 de agosto y desde ese momento fueron objeto de análisis antropológicos y de ADN para esclarecer su procedencia.
En la investigación por la desaparición de Kris Kremers y Lisanne Froon, la fiscalía logró recuperar algunos huesos de ambas jóvenes, pero aún no se ha establecido la causa de su muerte.
