El nombre de la o las personas que pagaron el viaje a Sudáfrica en julio de 2010, cuando un grupo de funcionarios y empresarios asistió a la final del Mundial de Fútbol, es un misterio.
Hasta el momento, ninguno de los viajeros consultados por este diario ha revelado este dato. Tampoco lo hizo la Presidencia de la República.
Solo un escueto comunicado hecho público por el Ministerio de Obras Públicas (MOP) se limita a reconocer los hechos revelados ya por este diario: que el jefe de esa cartera, Federico Suárez, fue parte del grupo, así como representantes de las empresas Odebrecht e IBT, ambas importantes contratistas del MOP y del Ministerio de Salud.
Uno de los viajeros, el estadounidense Rogelio Oruña, de la empresa IBT, ha sido mencionado en las investigaciones que adelanta la Fiscalía de Nápoles por un presunto caso de corrupción internacional de empresas italianas en Panamá.
La figura clave de estas pesquisas, el italiano Valter Lavítola, afrontó ayer un segundo interrogatorio. Y aunque no hubo detalles oficiales sobre lo sucedido en la cárcel de Poggioreale, donde se encuentra Lavítola, ANSA reporta que las declaraciones giraron en torno a los casos de corrupción internacional.
(Con información de Santiago Cumbrera, Isidro Rodríguez y Urania Molina).
