Miles de hectáreas de bosques se pierden todos los años en Panamá. El conflicto entre indígenas y campesinos en Darién por la tala del árbol cocobolo, hace poco, es solo un detalle.
Los indígenas se oponen a la explotación indiscriminada de ese recurso forestal, teniendo en cuenta que Darién es la provincia del país con mayor deforestación.
Informes de la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) dan cuenta de ello. Las cifras preliminares revelan que entre los años 2000 y 2011 se perdieron 13 mil hectáreas de bosques en todo Panamá.
Eso sugiere que en ese período de tiempo se han talado 156 mil hectáreas de bosques, lo que es casi igual a la extensión total de la provincia de Herrera.
Jorge Justavino, director del Departamento Forestal de la Anam, afirma que así como se ha deforestado también se reforesta, y muestra de ello es que en los últimos 10 años se han sembrado 75 mil hectáreas de bosque.
“Estamos tratando de buscar un equilibrio entre el desarrollo económico y la conservación de los recursos naturales, aunque a veces hemos encontrado tala ilegal que hemos sancionado”, aseguró el funcionario.
Entre 2011 y lo que va de 2012 la Anam ha decomisado 400 metros cúbicos de madera ilegal de varias especies, lo que representa 200 mil pies de tabla, señala el informe.
Además, el 28 de marzo de este año emitió la Resolución 0103 que prohíbe, de una vez por todas, la emisión de permisos para cortar el árbol cocobolo.
Sin embargo, a pesar de lo mencionado por Justavino, hay quienes creen que la extracción de madera y la deforestación son mucho mayores de lo que reportan las autoridades ambientales.
Félix Wing, coordinador del Centro de Incidencia Ambiental (Ciam), considera que hay muchas normas para controlar esta situación, pero no se hacen cumplir. “El crecimiento económico del que se habla no armoniza con la protección de los recursos naturales”, agregó el ambientalista.
La preocupación de Wing es válida porque una parte importante del país cuenta con superficie boscosa. Datos oficiales indican que el 45% de la superficie total del país (3 millones 364 mil hectáreas) está cubierta por recursos forestales, sin incluir los bosques intervenidos por el hombre.
Las provincias con mayor superficie de cobertura boscosa son Darién, Panamá y Bocas del Toro, además de la comarca Emberá-Wounaan. Estas contienen el 62% de los bosques del país. Sin embargo, Darién y Panamá presentan al mismo tiempo las tasas de deforestación más altas.
PIDEN REFORMAS
Alida Spadafora, directora de la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (Ancon), sugirió fortalecer las instituciones y reformar la ley forestal, para conservar los bosques.
Por ejemplo, menciona que entidades como corregidurías, municipios y Policía Nacional estén más apoyadas y coordinen con la Anam operativos para contrarrestar el corte de árboles. Agrega que con una reforma forestal se debe instaurar un sistema de manejo forestal sostenible, así como dar incentivo a la reforestación donde no hay bosques.
Según Ancon, los permisos para tala de subsistencia no se están empleando para el fin previsto, y en lugar de ello los utilizan para llevar la madera a otros sitios, incluso, fuera del país.
La deforestación no es el único problema que enfrenta la naturaleza. El uso de animales en peligro de extinción para elaborar artículos, como abrigos y adornos, también tiene a las autoridades en alerta. La Autoridad Nacional de Ambiente (Anam) llevó a cabo una inspección en una tienda ubicada en Punta Pacífica, luego de una llamada anónima que denunciaba la supuesta venta de artículos fabricados con pieles de animales en peligro de extinción.
Los funcionarios de la Región Metropolitana de la Anam acudieron a dicho negocio, sin embargo, luego de mantener el local cerrado por varias horas no hallaron irregularidades. María Gracia, directora de Relaciones Públicas de la Anam, dijo que durante la inspección no encontraron anomalías ni artículos elaborados con pieles de animales protegidos por las normas ambientales panameñas.
OHIGGINIS ARCIA JARAMILLO
