MÉXICO

Trump golpea la imagen del presidente Peña Nieto

Trump golpea la imagen del presidente Peña Nieto
Peña Nieto y Trump dieron un mensaje conjunto tras su reunión.

La visita del candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos (EU), Donald Trump, a México, le asestó un golpe a la ya maltrecha popularidad (23% según una encuesta del diario Reforma de mediados de agosto) del presidente Enrique Peña Nieto el pasado miércoles, justo dos días antes de que el mandatario ofreciera su discurso a la nación a propósito del Cuarto Informe de Gestión.

Analistas y ciudadanos coinciden en que el líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI) mostró una postura blanda, que no hubo de su parte la exigencia de una disculpa de Trump por llamar a los indocumentados mexicanos delincuentes y narcotraficantes, y que faltó un pronunciamiento directo sobre la construcción de un muro en la frontera.

“Trump gana poco y peor aún, Peña Nieto pierde mucho”, dijo Javier Urbano Reyes, profesor en el departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana, en México. “Sin duda, el evento de Trump va a hacer aún más grave, aún más fuerte la baja de aprobación” del presidente, señaló a la agencia AP.

El ambiente se caldeó más cuando, horas después de la reunión entre Trump y Peña Nieto y de que dieran una rueda de prensa conjunta –algo inédito en la historia mexicana y reservado a jefes de Estado– el magnate estadounidense reiteró su postura antiinmigrantes en Phoenix, a casi 290 kilómetros de la frontera mexicana, donde, en un tono de complicidad ante su base conservadora, manifestó: “México va a pagar por el muro, créanme, 100%. Todavía no lo saben (...) y son gente grandiosa y líderes grandiosos, pero van a pagar por el muro”.

Peña Nieto replicó en su cuenta de Twitter. “Al inicio de la conversación con Donald Trump dejé claro que México no pagará por el muro”, expresó.

Durante la actividad en Phoenix, Trump detalló un plan de 10 puntos para frenar la migración ilegal y reducir el número de inmigrantes sin papeles, reportó la agencia AFP. Entre ellos, la deportación de criminales y delincuentes que sobrepasen la vigencia de sus visas y que dependan de la asistencia pública. Dijo que contratará 5 mil nuevos agentes fronterizos y triplicará el personal de la agencia de inmigración. Además, cancelará las órdenes presidenciales de Barack Obama que protegen de la deportación a millones de indocumentados, y el bloqueo de financiamiento federal a las llamadas “ciudades santuario” que prohíben discriminar a trabajadores sin papeles.

No dijo qué hará con 11 millones de indocumentados, en su mayoría mexicanos, que viven en su país.

Eduardo Sánchez, vocero de Peña Nieto, salió al paso de las críticas. “El presidente cumplió con su deber de proteger a los mexicanos, ahora también, pensar que en una reunión que duró una hora y 10 minutos, entre dos personas que no se conocían, tendría resultados inmediatos, es una expectativa que no corresponde a la realidad”, expresó, citado por el diario Excelsior.

El vocero aseguró que Peña Nieto optó por la vía del diálogo porque, aparte de los insultos que ha proferido Trump, hay propuestas que le producen preocupación al Gobierno: la cancelación del tratado internacional de comercio con México, deportar a todos los migrantes mexicanos indocumentados y cerrar la frontera con la construcción de un muro.

Reconoció que la prontitud con la que el equipo de Trump respondió a la invitación –que también fue cursada a la candidata demócrata, Hillary Clinton– les generó un problema de logística, aunque no influyó en la “firmeza” del mensaje que le dio Peña Nieto.

No piensan igual los coterráneos del presidente. “Esta es la frase que resume la visita de Trump a México: ‘Humillación a domicilio”, escribió la politóloga y analista Denise Dresser al resumir el sentir en las redes sociales, informó AFP.

En tanto, el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) lamentó la “vergonzosa y débil” imagen del presidente ante Trump “que solo humilla y pisotea”, informó la agencia.

Tony Payan, director del Mexico Center en el Instituto Baker de la Universidad Rice, apuntó que Peña Nieto no pareció hacer gran cosa para protestar por declaraciones anteriores de Trump, de que México envía violadores y otros delincuentes a EU. “Ni siquiera adoptó una posición firme de verdad y habló directamente al señor Trump y le dijo exactamente por qué sus afirmaciones no son aceptables para los mexicanos”, comentó . “Básicamente se tumbó panza arriba y dejó que el señor Trump consiguiera sus objetivos sin conseguir nada a cambio”, afirmó Payan.

Según Payan, quizá Peña Nieto tenía pocas buenas noticias que compartir con sus compatriotas en su informe anual sobre el estado de la nación –que debía entregar ayer al Congreso por escrito–, y buscaba una distracción con la “desacertada” reunión. “Quizá Peña vio la oportunidad de distraer la atención del pueblo. Puede que lo consiguiera, pero llamó la atención sobre su propia disposición a alimentar el estrellato de Trump y eso no sentó bien en México”.

El presidente Peña Nieto dio en su blog una explicación de la reunión, ayer, no sin antes expresar su respeto a la contienda electoral de EU y su responsabilidad de trabajar con quien resulte electo.

“El diálogo es un principio básico de la democracia; por eso, el viernes pasado invité a ambos candidatos a un encuentro para conversar sobre nuestra relación bilateral”. No obstante, indicó que la reunión con Trump era aún más importante porque “hay cosas que él debía saber en voz del presidente de México”.

Peña Nieto enumeró las tres cosas que aseguró le hizo saber a Trump. Primero, que los mexicanos se sienten agraviados, que merecen respeto, que México y EU son socios y aliados y que él no los ha tratado así a partir de una visión distorsionada del país y su gente. En segundo lugar, alegó haber dimensionado la importancia de México para EU, señalando que diariamente circulan entre sus fronteras más de un millón de personas y 400 mil vehículos, que cada año su relación comercial supera los $500 mil millones y que EU exporta más de $200 mil millones a México, de lo cual dependen 6 millones de empleos estadounidenses.

Por último, relata Peña Nieto, se refirió al desafío que tienen ambas naciones en la frontera para hacer frente al tráfico de armas y de dinero que fortalecen las organizaciones criminales y generan violencia en México. “En mi conversación con Trump sobre la frontera, también fui muy claro: México no pagará por ningún muro”, concluyó.

Según el diario La Jornada, Trump logró lo que buscaba su campaña, ponerlo cara a cara con un mandatario para apuntalar su imagen. Aseguró el diario –basado en información publicada por The Washington Post– que Stephen Bannon, el nuevo ejecutivo en jefe de la campaña de Trump, había propuesto el viaje como una oportunidad de presentar sus propuestas con un acto “audaz” y que la invitación del mandatario mexicano le permitía generar titulares y presentarse como un “estadista” que podría negociar directamente con México.


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