Turquía e Irán lograron ayer un acuerdo para consolidar el alto el fuego en Siria, pero hubo pocos progresos para una solución política al conflicto tras las negociaciones en Astaná entre rebeldes y emisarios de Bashar Al-Assad.
Los tres países patrocinadores de los diálogos de paz en Astaná van a “establecer un mecanismo para vigilar y garantizar la completa aplicación del alto el fuego y para evitar cualquier provocación”, en Siria , según la declaración final adoptada tras dos días de reuniones en la capital de Kazajistán.
El mecanismo responde a los deseos del enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, y está apoyado por los rebeldes, que esperan “una congelación de las operaciones militares”. Desde la instauración de la tregua el 30 de diciembre, los enfrentamientos han disminuido pero no han cesado.
Los tres países afirmaron estar a favor de la participación de los rebeldes sirios en los próximos diálogos de paz, que deberían tener lugar en Ginebra el 8 de febrero, auspiciados por la ONU.
“No existe ninguna solución militar para el conflicto, que solo puede solucionarse con un proceso político”, indica el documento.
Los rusos anunciaron por su parte que le habían entregado a la delegación rebelde un borrador de constitución para Siria, para que la estudien. Una fuente de esa delegación de la oposición armada explicó a la AFP que el proyecto fue rechazado de plano.
Los rebeldes acusan a Siria e Irán de falta de progresos en las negociaciones de fondo.
Hasta ahora, “no ha habido ningún progreso tangible en las negociaciones, a causa de la intransigencia de Irán y el régimen” sirio, dijo a la AFP Mohamad Alluche, jefe de la delegación rebelde.
En cambio, se congratuló de haber podido expresar “directamente” a los rusos, durante estas negociaciones, el punto de vista de los rebeldes armados sobre la solución al conflicto sirio. “Hemos confirmado la voluntad de los rebeldes de poner fin a la efusión de sangre en Siria y sus esfuerzos con el fin de encontrar una solución”, precisó.
Aunque no hay solución militar a esta guerra iniciada en 2011, en la que han muerto más de 310 mil personas, una solución política parece difícil de hallar.
