Registrado por los radares como el lanzador abridor más veloz que hay en las Ligas Mayores, el novato dominicano Yordano Ventura ha impresionado a científicos como Glenn Fleisig, un experto en ingeniería médica y mecánica, quien ha estudiado a los lanzadores durante años en el American Sports Medicine Institute.
De hecho, los científicos intentan explicar la inusual velocidad de la recta del debutante lanzallamas, que durante su ascenso a las mayores con los Reales de Kansas City, el año pasado, lanzó una recta de cuatro costuras que alcanzó las 102.816 millas por hora (mph), la más rápida por un abridor desde que el PitchFX empezó a medir la velocidad y la trayectoria de lanzamientos en cada estadio de la Carpa Grande, durante los playoff de 2006.
Tras su debut con los Reales los expertos no salen de su asombro por esa gran diferencia en la velocidad de la bola rápida de este menudo jugador con brazo elástico, que curiosamente está muy lejos de tener la enorme estatura del zurdo Randy Johnson, quien junto a Nolan Ryan se consolidó como uno de los primeros abridores capaces de generar consistentemente 100 mph en sus envíos.
“Solo los pitchers altos y fuertes deberían lanzar rectas de más de 100 millas por hora. No un novato de 1,83 metro de altura y 82 kilogramos de peso que firmó por apenas 35 mil dólares en su natal República Dominicana, donde no hace mucho se desempeñaba como campocorto”, resalta Fleisig en una nota publicada en un diario de Kansas City.
Obviamente, el novel tirador de 100 mph no posee el mortífero slider que en su momento inmortalizó a Randy Johnson o el cambio de velocidad impresionante de Tim Lincecum.
Pero la recta de este joven de 23 años está registrada entre los lanzamientos más veloces en las Grandes Ligas, en una lista encabezada por el cubano Aroldis Chapman (tiró 105 para imponer un récord en 2010); Joel Zumaya (104.8- 2006), Mark Wohlers (en 1995 tiró 103), Randy Johnson (2004, 102), Justin Verlander (2007, 102).
Ciertamente, hasta ahora el único indicio que hay es que la meteórica velocidad que alcanza el dominicano en su lanzamiento en recta pareciera tener algo que ver con la parte genética y su mecánica de lanzar.
Precisamente, en el análisis que hace Fleisig, este plantea que aun cuando no ha examinado en específico a Ventura, “podría ser capaz de explicar a grandes rasgos lo que hace que el joven derecho resalte en la lomita”.
“Más que nada tiene que ver con los tiempos de sus distintos movimientos”, explicó Fleisig.
“Se ve a primera vista”, agregó el científico.
“Parece que el muchacho da un paso, su cuerpo se mueve hacia adelante y luego lanza. Pero si lo ves en cámara lenta, realmente es una secuencia de eventos. Cuando el pie en movimiento de un lanzador aterriza, su brazo, que no está conectado a la pierna en absoluto, debe estar en cierta posición, y su cadera y tronco deben estar en otra. Y si analizamos esas cosas en una pequeña fracción de segundo, los mejores pitchers tienen la secuencia correcta”, explicó Fleisig.
Para profundizar más en la parte médica el experto destaca: “en ciencia, esa secuencia es conocida como cadena cinética. La de Ventura es casi perfecta”.
“Lo que un serpentinero tiene que hacer para optimizar la velocidad en sus lanzamientos es maximizar los tiempos de sus distintas partes del cuerpo”, subraya el experto.
Ventura promedió 99.5 mph durante las 45 bolas rápidas que lanzó en tres entradas en su primera apertura esta temporada para los Reales.
Una de sus rectas entrecortadas superó las 98.4 millas.
Por su parte, el ex lanzador panameño Lenín Picota, quien en su mejor momento lanzó su recta hasta 96 millas por hora, sostiene que “la fortaleza de un lanzador es un regalo que te da Dios y científicamente es muy difícil explicar las altas velocidades” que desarrollan algunos serpentineros.
“No se le puede enseñar a nadie a tirar duro. El que nace para tirar duro lo hace”, subraya el ex lanzallamas istmeño.
“Tirar 100 millas es un factor natural de poder. Fíjate el caso de Tim Lincecum, que no llegaba a los seis pies y 200 libras de peso en su mejor momento, pero tiraba 95-96 mph durante nueve entradas con una mecánica ortodoxa que le enseñó su papá”, explicó Picota.
Nota: basado en servicios internacionales.
Juan Berenguer, quien lanzó en las mayores entre 1978-1992, es el más veloz entre los abridores panameños, registró lanzamientos a una velocidad entre 93 y 94 millas por hora (mph) de acuerdo a una medición hecha con pistola lenta, que eran las que se usaban en aquella época, y que nada más marcaba cuando la bola llegaba a home. El coclesano Juan Berenguer, a quien le decían ´Bola de Humo´ por la velocidad de sus disparos, con una recta promedio que superaba las 90 millas por hora, tuvo la oportunidad de convertirse en uno de los mejores relevistas en su época.
Sin embargo, el lanzallamas Lenín Picota reclama con justa razón un lugar entre los primeros en el ranking de los abridores panameños más rápidos de nuestro país. En su mejor momento, a principios de esta década, Picota llegó a lanzar su recta a 96 mph.
También destaca el corpulento tirador Rafael Medina, cuya bola rápida caminaba entre 93-94 millas por hora.