Entre las posesiones españolas en el Pacífico, Panamá fue desde el inicio una de las principales ciudades comerciales del Nuevo Mundo. Su vocación, 500 años después, sigue viva.
Pedro Arias Dávila (Pedrarias), fundador de la ciudad en 1519, buscaba un asentamiento con un puerto capaz de servir las travesías españolas ante los descubrimientos posteriores en la costa americana sobre el Mar del Sur.
El virrey Dávila visualizó Panamá como el ‘hub’ de la Corona en el Nuevo Mundo para iniciar un proceso expansionista.
El Conjunto Monumental Histórico de Panamá Viejo testimonia el primer asentamiento europeo sobre el litoral pacífico americano, en un istmo que alberga ahora el Canal, los puertos de carga y un centro logístico mundial a través del cual se desarrolla un intercambio comercial previsto hace cinco siglos con la llegada de los españoles.
La fundación de la ciudad de Panamá fue un acierto desde todo punto de vista si se tiene en cuenta su ubicación al sur, en el mismo meridiano de la ciudad costera de Colón. Entre las dos urbes mediaba el río Chagres.
Hoy, la ciudad de Panamá celebra 500 años de fundación. Y es el aniversario del encuentro de los credos, y donde ocurre el milagro de una nación que sabe recuperarse de sus adversidades. Que vengan otros 500 años y muchos más.
Pasado, presente y futuro
Es una torre de paz y todos son bienvenidos. La torre de Panamá Viejo queda en un área central de la capital del país.
Desde allí puede hacerse un recorrido visual de lo que ha sido el país y su presente.
Es la columna vertebral del Conjunto Monumental Histórico de Panamá Viejo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
