Julio de 1930, fecha imborrable en la mente de todo fanático del fútbol. Fue el mes en que se realizó el primer Mundial y tenía como sede un país latino: Uruguay.
Organizado por la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), el país sudamericano fue escogido debido a la celebración del centenario de la jura de su Constitución, un argumento que no fue visto con buenos ojos por parte de algunas selecciones.
Fue entonces cuando comenzó la lucha entre federaciones de fútbol de Inglaterra, Italia y Alemania, que pidieron a las potencias internacionales que no asistieran al evento, dándose así el primer boicot a un Mundial de fútbol.
Boicotear es impedir o entorpecer la realización de un acto o de un proceso como medio de presión para conseguir algo, según el Diccionario de la Real Academia Española.
Los ingleses no participaron, porque dijeron que fueron ellos los que inventaron el fútbol y por tanto el primer campeonato mundial debía celebrarse en su país.
Además de Inglaterra, que aupó el movimiento en contra de Uruguay 1930, otras selecciones no asistieron, porque aducían que la distancia era muy larga –en aquellos años se tenía que cruzar el Atlántico en barco– y solo fueron 13 los países que llegaron a la histórica cita con el balompié.
Entre ellos estuvieron Francia, que acudió por insistencia de Jules Rimet (presidente de la FIFA) y sin sus principales figuras. Rumania llegó con un grupo de trabajadores de una petrolera, mientras que Bélgica se hizo presente porque el vicepresidente de la FIFA era belga y no le podía fallar a Rimet.
Por su parte, los jugadores de Yugoslavia fueron en barco, El Florida, una nave de correos que no tenía espacio para estirar las piernas y llegaron adoloridos.
No hubo forma de que los organizadores convencieran a más selecciones, a pesar de haberse comprometido a cargar con todos los gastos del viaje de algunos países.
Al llegar el último partido del Mundial, los anfitriones, los uruguayos, disputaron la final y fueron campeones de su propio evento, tras vencer 4-2 a Argentina.
Sin lugar a dudas, el Mundial de 1930 fue un espectáculo que cambió la forma de ver el fútbol a todos los aficionados, pero no es un evento aislado de la actualidad.
La bomba de la corrupción que se destapó en la FIFA hace algunas semanas y la reelección de Joseph Blatter como presidente de la entidad provocaron que Inglaterra intente nuevamente ganar una sede del Mundial, esta vez la de Rusia 2018 o la de Catar 2022.
Y es que el presidente de la federación inglesa, Greg Dyke, dijo que la entidad respaldaría cualquier boicot liderado por la Unión de Asociaciones de Fútbol Europeas, UEFA.
Un dirigente de la UEFA, que habló bajo condición de anonimato, citó la decisión del vicepresidente electo de la FIFA, David Gill, de renunciar en protesta por el triunfo de Blatter en la elección de hace un par de semanas.
“Los británicos creen [que un boicot] es el paso que se debe tomar, pero otros, que la mejor solución es retirarse de la FIFA”, dijo.
Inglaterra es uno de los más feroces críticos de Blatter, tras perder la carrera para ser sede del Mundial 2018 y redobló los ataques desde que las autoridades estadounidenses acusaron a nueve dirigentes del fútbol por corrupción y que Suiza anunciara una investigación por el proceso de adjudicación de ese torneo y el de 2022 a Rusia y Catar, respectivamente.
Ya el ministro británico de Cultura, Medios de Comunicación y Deportes, John Whittingdale, afirmó que Inglaterra “está preparada” para organizar la Copa del Mundo de fútbol de 2022 si finalmente se decide despojar a Catar del evento.
“Inglaterra dispone de las instalaciones [para organizar el Mundial]. Estamos siguiendo el caso con atención, pero la decisión de que Catar organice el Mundial de 2022 se mantiene de momento”, agregó.
En una pesquisa separada, las autoridades suizas ya abrieron un caso criminal sobre el proceso que otorgó los mundiales de 2018 y 2022 a Rusia y Catar.
Solo en la Copa del Mundo Brasil 2014, el ente rector del fútbol pudo invertir más de mil millones de dólares en diversos proyectos de sus 209 asociaciones.
Un reporte de la cita futbolística revela que el último Mundial fue visto por 26.5 millones de personas en Estados Unidos y que se registraron más de 3 mil millones de interacciones en Facebook y 672 millones de mensajes en Twitter.
(Con información de servicios internacionales).
