Panamá y Colombia acordaron ayer crear un “frente común” para establecer un flujo controlado y seguro de los migrantes que transitan la peligrosa área marina y selvática de ambos países.
Como parte de lo pactado, se llevará a cabo una sesión de trabajo en Colombia el próximo 9 de agosto, para definir temas como la ruta de tránsito y la cantidad diaria de personas que podrían desplazarse.
Lo anterior fue el resultado de un encuentro entre la canciller de Panamá, Erika Mouynes y la también canciller y vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez. En la reunión también participaron el ministro de Seguridad, Juan Manuel Pino, y su homólogo del vecino país, Diego Andrés Molano. En palabras de Mouynes, esta crisis humanitaria solo se solucionará si se atiende de manera conjunta con los países involucrados, tomando en cuenta que también hay un componente del crimen organizado.
Ramírez subrayó que la región atraviesa una “tragedia migratoria” y afrontarán la situación desde el punto de vista humanitario y de seguridad.
“Este tránsito está generando consecuencias sociales muy difíciles para nuestros países. Este trabajo binacional hay que extenderlo a los demás países que tienen que ver con esta migración. En primer lugar, el origen de esta migración es en Chile, pero el destino es Estados Unidos y Canadá, y por esa razón debemos involucrarlos a ellos”, puntualizó.
Datos oficiales detallan que este año han ingresado al país por la selva de Darién unos 49 mil migrantes y otros 10 mil están en espera de cruzar.
Ola migratoria pone presión sobre la diplomacia regional
Como una “tragedia humanitaria” calificó ayer la canciller y vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez, el escenario actual que viven tanto Panamá como su país por la creciente migración irregular.
Ramírez acompañó a la canciller panameña Erika Mouynes, durante una reunión que se llevó a cabo ayer en la base central del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) en Darién y en la que se abordó la crisis migratoria que actualmente agobia a la región.
Unas horas antes, tanto Mouynes como Ramírez realizaron un recorrido por el albergue de San Vicente, en Metetí. Allí, donde hay poco más de 350 migrantes, ambas autoridades pudieron conocer la condición de cientos de personas que toman hasta nueve días en atravesar la peligrosa selva de Darién.
De momento, las autoridades del Ministerio de Seguridad dieron a conocer que en lo que va de año han llegado al país 49 mil migrantes irregulares y en el área fronteriza con Colombia hay otros 10 mil que intentan cruzar hacia Panamá con rumbo a Estados Unidos.
Se trata de un cifra nunca antes vista desde que comenzó el paso de migrantes por esta área. Para tener una idea, los años en los que más personas cruzaron la frontera entre Panamá y Colombia para alcanzar el llamado sueño americano fueron 2015 y 2016 con 31 mil 749 y 25 mil 438, respectivamente.
Del total que han pasado por Panamá en 2021, el 77% proviene de las antillas, principalmente Haití y Cuba; un 14% de América del Sur; un 5% de África, y un 4% de Asia. Además, el 65% son adultos y el otro 35%, menores de edad.
Aunque no hay cifras precisas, las autoridades calculan que desde 2014 a la fecha han fallecido unos 50 migrantes durante su paso por la peligrosa selva darienita. Varios niños también han quedado huérfanos y han sido acogidos por Panamá luego que sus padres murieran en medio de la travesía.
Mouynes subrayó que Panamá y Colombia buscan crear un “frente común” para establecer un flujo controlado y seguro de los migrantes que transitan la peligrosa área marina y selvática de ambos países.
De hecho, como parte de lo pactado entre ambos países, se llevará a cabo una sesión de trabajo en Colombia el próximo lunes 9 de agosto, para definir temas como, por ejemplo, qué ruta se podría utilizar para que transiten los migrantes y la cantidad diaria de personas que podrían pasar de un país a otro.
Plantean crear dos nuevos albergues
Ante el aumento de la llegada de migrantes, las autoridades del Ministerio de Seguridad han propuesto la construcción de dos nuevos centros de recepción para migrantes en el área fronteriza de Darién. Actualmente, Panamá cuenta con los albergues de La Peñita, Lajas Blancas y Bajo Chiquito, en Darién, y el de Los Planes de Gualaca, en Chiriquí. A estos centros, que albergan actualmente 2 mil 249 mil migrantes, se les denomina Estaciones de Recepción Migratoria (ERM).
Panamá y Costa Rica tienen un acuerdo de “flujo controlado” de migrantes, pero este no prevé desplazamientos masivos.
La canciller panameña fue clara en que la crisis humanitaria se solucionará solamente atendiéndola de manera conjunta e involucrando a todos los demás actores relacionados con esta problemática. “También hay presencia del crimen organizado”, dijo la ministra.
Más temprano, durante una conferencia de prensa, Mouynes dijo que Panamá ha cumplido con el apoyo humanitario a estas personas que, para llegar desde Colombia a territorio panameño, tienen que pasar el peligroso tapón del Darién, un recorrido que tarda siete y ocho días.
Cómo parte de esa estrategia de convocar a los demás actores, Panamá será sede de un encuentro de cancilleres de la región el próximo 11 de agosto. Hasta el momento, ya confirmaron los de Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Costa Rica.
Por su parte, Ramírez subrayó que la crisis migratoria debe ser abordada desde los puntos de vista humanitario y de seguridad, ya que hay crimen organizado envuelto en esta problemática.
“Este tránsito de migrantes está generando consecuencias sociales muy difíciles para nuestros países. Este trabajo binacional hay que extenderlo a los demás países que tienen que ver con esta migración. En primer lugar, el origen de esta migración es en Chile, pero el destino es Estados Unidos y Canadá, y por esa razón debemos involucrarlos a ellos”, puntualizó la vicepresidenta colombiana.
Además, agregó que “en la reunión del lunes [en Carepa, Colombia] se definirá cómo saldrán, de qué manera organizamos este tráfico: marítimo o el transporte que sea, y que se defina la cantidad de personas que Colombia responsablemente va a poder controlar”.
En tanto, Diego Molano, ministro de Defensa de Colombia, indicó que el próximo lunes desde Carepa se lanzará una operación binacional en contra de las organizaciones criminales que estén desarrollando acciones de trata de personas y narcotráfico.
Mientras las autoridades de Panamá y Colombia buscan establecer una ruta humanitaria para movilizar a los migrantes, ayer, en el albergue o estación transitoria de San Vicente, estaba María De Jesús Milán, una cubana de 54 años de edad, quien se fracturó el tobillo cuando intentaba atravesar la densa selva.
Debido a su situación, tuvo que esperar por seis días a que la rescataran, aunque por momentos dijo que sintió muy de cerca la muerte. Ella es el rostro del dolor en medio de una épica travesía caracterizada por peligros y sueños. Su meta sigue fija: “llegar a Estados Unidos”.
