Alzando retratos de Hugo Chávez y Simón Bolívar, el chavismo tomó ayer control del Parlamento, mientras el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó –reconocido por más de 50 países–, intenta mantener un Congreso paralelo con apoyo internacional.
Con 256 de 277 escaños, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y sus aliados pasan a controlar la Asamblea Nacional en el período 2021-2026, único poder público que hasta ahora no controlaba el líder del régimen, Nicolás Maduro.
“Estamos obligados al exorcismo” tras los cinco años del Parlamento opositor, lanzó el exministro de Comunicación Jorge Rodríguez, que fue electo por aclamación para presidir la cámara el primer año.
“Muy temprano rociamos con agua bendita cada rincón de las paredes”, añadió.
Rodríguez aseguró que “no puede haber perdón con olvido” o “reconciliación con amnesia” en relación al período anterior de la Asamblea que, tras calificar como fraudulentas las elecciones de 2018 declaró usurpador a Maduro y decretó un vacío de poder, lo que llevó a que Guaidó fuera proclamado presidente encargado en 2019, luego d e lo cual impulsó una avalancha de sanciones para tratar de forzar la salida de Maduro.
Las calles cercanas al Palacio Legislativo, en el centro de Caracas, estaban ayer cerradas con policías y militares bloqueando sus accesos.
Solo un pequeño grupo de seguidores del chavismo tuvo paso. Los diputados llevaban tapabocas como medida preventiva por la Covid-19.
Antes de ingresar a la sede del Legislativo, los parlamentarios chavistas se congregaron en la Plaza Bolívar, donde hicieron una ofrenda floral para luego marchar, con música folclórica de fondo y sin distanciamiento social, hasta el hemiciclo cargando retratos de Chávez en uniforme militar, así como de Simón Bolívar.
