La debilidad en el control de la corrupción es un factor que pesa negativamente en el análisis que hace la agencia de calificación de riesgo Moody’s Investors Service sobre el marco institucional del país y, por lo tanto, incide en la calificación de riesgo.
Para hacer su dictamen sobre el perfil crediticio de un país, la agencia toma en cuenta las fortalezas económica, fiscal e institucional, y qué tan susceptible es el país a determinados riesgos. Estos elementos se miden en comparación con otros países que están en un nivel similar de calificación, llamados pares.
Renzo Merino, analista de Moody’s Investors Service, mostró que dentro del análisis de la fortaleza institucional, los indicadores de gobernanza, la efectividad del gobierno y el respeto a las leyes de Panamá están en línea con el promedio de los países calificados en el rango de Baa. Mientras que “Panamá es más débil en el control de la corrupción”, sostuvo.
Merino explicó que de los aspectos que definen la fortaleza institucional, en el caso de Panamá, el concepto que incluye los aspectos de corrupción tiene un desempeño más débil. Por lo tanto, es un elemento que pesa en el perfil crediticio y “actúa como una de las limitantes de la calificación en el nivel de Baa2”.


