En los últimos cuatro quinquenios, el Partido Revolucionario Democrático (PRD) ha ganado la Presidencia de la República dos veces: en 2004, con Martín Torrijos, y en 2019, con Laurentino Nito Cortizo.
Estuvo lejos de tener el control del Ejecutivo durante 10 años, pero ha sido el partido político que ha puesto más presidentes de la Asamblea Nacional, desde 2004 hasta la fecha. En ese lapso, seis diputados perredé han controlado el Legislativo durante nueve periodos legislativos (tres de ellos se han reelegido).
Varios de esos mandatos se han estrenado en medio de escándalos. Uno de los episodios más ruidosos fue la llegada de Pedro Miguel González, actual secretario general del PRD, a la presidencia de la Asamblea, en septiembre de 2007. El entonces diputado González tenía orden de captura de Estados Unidos, por el asesinato del soldado puertoriqueño Zak Hernández, en 1992. Aparte de la crisis diplomática que esto causó al gobierno de Torrijos (2004-2009), hecho que se vio reflejado en el estancamiento de la ratificación del Tratado de Promoción Comercial entre las dos naciones, a lo interno del PRD provocó profundas fisuras.
Algunos de esos hechos quedaron consignados en la filtración Wikileaks, a raíz de las confidencias que le hizo Samuel Lewis Navarro, el vicepresidente y canciller de la época, al entonces embajador de Estados Unidos, William Eaton. A comienzos de 2008, cuando se decía que González quería reelegirse como presidente de la Asamblea, Lewis Navarro le contó lo siguiente a Eaton, según Wikileaks: “Cuando Harley Mitchell se iba a juramentar [el 2 de enero de 2008] como presidente de la Corte, Torrijos y González coincidieron antes de la ceremonia y no intercambiaron una sola palabra, tampoco hicieron contacto visual por más de 10 minutos”. Lewis le dijo a Eaton que no había posibilidad de que González se reeligiera en el cargo, porque Torrijos tenía los votos para evitarlo. “Ha quemado demasiados puentes”, le manifestó Lewis al diplomático estadounidense.
A González lo reemplazó Raúl Rodríguez, quien fue criticado porque siendo presidente de la Asamblea representaba legalmente a una firma de bienes raíces en un litigio en la Corte.
Con la llegada de Ricardo Martinelli (2009-2014) al palacio de Las Garzas, el PRD vivió cinco años de vacas flacas. En ese quinquenio, el dominio lo tuvo Cambio Democrático (CD), que se alió con el Partido Panameñista para llegar a la Presidencia. Una de las consecuencias de ese acuerdo político fue la ascensión a la presidencia del Legislativo de José Luis Popi Varela, hermano del entonces vicepresidente Juan Carlos Varela, pero, este pacto se rompió en agosto de 2011, lo que le permitió a CD tener el control absoluto del Palacio Justo Arosemena.
En 2014, cuando Juan Carlos Varela ganó la presidencia de la República, el Panameñista selló con el PRD el denominado “pacto de gobernabilidad” para controlar juntos la Asamblea. El panameñista Adolfo Valderrama fue el único diputado del partido de gobierno que logró dirigirla, pues desde julio de 2015 y hasta 2017 (dos períodos) estuvo en manos del perredista Rubén De León, cuya gestión estuvo marcada por el escándalo de las millonarias donaciones que no habrían llegado a sus beneficiarios, y las planillas secretas. En 2017, el “pacto de gobernabilidad” se enfrió y los panameñistas impulsaron a Yanibel Ábrego, de CD, a la presidencia de la Asamblea, pero esa breve alianza también fracasó y CD terminó junto al PRD, lo que le permitió a Ábrego presidir el Legislativo por un periodo más.
En 2019, el PRD regresó al poder con el triunfo de Laurentino Cortizo y el perredista Marcos Castillero logró el control del Legislativo durante dos periodos, época en que la planilla ha aumentado, y la opacidad se ha consolidado. A partir del 1 de julio empezaría la era de Crispiano Adames, el diputado al que la bancada del PRD eligió como candidato a la presidencia. La supuesta cancelación de su visa para ir a Estados Unidos revivió el fantasma del periodo de Pedro Miguel González y, una vez más, demostró que cuando se trata de gobernar, el PRD le es fiel a sí mismo.
