Palomas, gatos, perros, y sapos, son algunos de los animales que se han usado para introducir sustancias ilícitas, artículos prohibidos, y correspondencia a las cárceles.
Uno de los casos que más llamó la atención, se dio en abril pasado en la cárcel Nueva Esperanza, de Colón. Las autoridades descubrieron a un gato tratando de entrar a la cárcel que tenía tela adherida alrededor de su cuerpo que contenía varios paquetes de lo que se sospechaba que era cocaína, crack y marihuana, según dijo el fiscal antidrogas Eduardo Rodríguez.
En esa misma prisión, pero en marzo de este año, las autoridades capturaron una paloma que se estrelló con la cerca del penal. Los agentes que custodian ese penal la persiguieron, y descubrieron que era usada como mensajera para meter envoltorios de marihuana.
En el centro penitenciario La Joya, encontraron un perro que servía de mensajero entre los pabellones del penal: llevaba mensajes relacionados con el tráfico de drogas. Y hace pocos días un sapo fue lanzado desde un dron dentro de La Joya.
Los drones, son otros de los artefactos más utilizados para intentar introducir droga, armas de fuego, y celulares a las prisiones. Datos de la Dirección del Sistema Penitenciario, indican que al menos seis drones han sido decomisados este año en 55 operativos, donde se han incautado 117 paquetes con sustancias prohibidas. La Autoridad de Aeronáutica Civil prohibió volar estos aparatos cerca de las cárceles.
Escáneres
En el rejuego por evadir los controles de los centro carcelarios, participan familiares de los privados, dijo a este medio Cinthia Novoa, directora encargada de la Dirección General del Sistema Penitenciario.
Explicó que el Ministerio de Gobierno comprará escáneres que serán de ayuda en el trabajo de limitar la entrada de sustancias o artículos prohibidos, que quieran ser introducidas por medio de comidas, animales, o personas a las cárceles.
“Se están haciendo los estudios para ver el nivel de tecnología que vamos a utilizar y luego el estudio presupuestario”, dijo.
El uso de animales para el tráfico de drogas no es exclusivo de Panamá. En 2013, Infobae informó sobre una banda en las afueras de Buenos Aires, dedicada al microtráfico de marihuana mediante el uso de palomas con pequeños tubos llenos de la droga adheridos a sus patas.


