Los embarazos en adolescentes que se registraron en 2019 representaron un costo económico para el país de $525 millones.
Así lo evidencia el estudio Consecuencias socioeconómicas del embarazo en la adolescencia en Panamá, elaborado por el Fondo de Población de Naciones Unidas.
El representante del Fondo de Población, José Manuel Pérez, dijo que este monto equivale a lo que perdería el Estado si el Canal dejara de funcionar por más de tres meses. Añadió que cada acción para prevenir el embarazo en jóvenes es una acción para asegurar el desarrollo y el crecimiento del país. “Si no se toman medidas, las consecuencias por no hacer frente al tema pueden generar pérdidas económicas irreversibles”.
El embarazo adolescente empobrece al país: Unfpa
¿Cuánto dinero representan los embarazos en adolescentes, en el país? La respuesta fue dada ayer por el Fondo de Población de Naciones Unidas, (Unfpa, por sus siglas en inglés) en el estudio titulado Consecuencias socioeconómicas del embarazo en la adolescencia en Panamá.
El organismo de Naciones Unidas —mediante una investigación— encontró que el costo total asociado a los embarazos y la maternidad temprana en el año 2019 fue de $525 millones.
De ese monto, $495 millones corresponden al costo socioeconómico, que incluye factores como el costo de oportunidad por actividad laboral, costo de oportunidad de ingreso laboral y costo de oportunidad por empleo.
El costo sanitario incluye $15.3 millones por pérdida social por mortalidad materna y gastos de atención en salud de embarazos adolescentes. Además, en el impacto fiscal, $15 millones por ingresos no percibidos.
El equipo de Unfpa realizó el estudio utilizando MILENA 1.0., una metodología que calcula el costo de oportunidad (cuánto pierde el país y/o deja de ganar) en la educación, la participación laboral y en los ingresos. Además, estima gastos en salud y pérdidas fiscales por impuestos no percibidos.
José Manuel Pérez, representante de Unfpa en Panamá, comparó el costo de oportunidad del embarazo en la adolescencia con lo que perdería el Estado panameño si el Canal dejará de funcionar por más de tres meses.

En 2019, la Autoridad del Canal de Panamá transfirió al tesoro nacional $1,824.1 millones de dólares. La cifra equivale a casi $5 millones por día de funcionamiento del Canal, detalló.
En otras palabras, el costo de oportunidad del embarazo en la adolescencia equivale a 99 días del Canal de Panamá parado.
Cada acción para prevenir el embarazo en la adolescencia es un acto para asegurar el desarrollo y el crecimiento del país. “Si no se toman medidas, las consecuencias por no hacer frente al embarazo en la adolescencia pueden generar pérdidas económicas irreversibles, tanto para las niñas y adolescentes como para el país en su conjunto”, expresó Pérez, durante la presentación del estudio.
Alarmantes cifras de embarazos
Los informes presentados por Unfpa y el Ministerio de Salud (Minsa) muestran cifras alarmantes de los embarazos en adolescentes, ya que la tasa de fecundidad de jóvenes de 15 a 19 años de edad es de 67.2 nacimientos vivos por cada 1,000 mujeres.
La tasa es menor a la reportada en 2015, cuando el país registraba 84 nacimientos vivos por 1,000 mujeres en este mismo grupo de la población.
Las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) de la Contraloría General de la República permiten precisar que en 2019 se contabilizaron en el país 11 mil 809 nacimientos vivos en madres adolescentes (15 a 19 años), es decir, 2 mil 433 nacimientos vivos menos que en 2015, cuando hubo 14 mil 242.
La coordinadora residente del sistema de Naciones Unidas en Panamá, Cristian Munduate, remarcó que el embarazo en la adolescencia se encuentra vinculado a la pobreza y a la reproducción de las desigualdades sociales; a la vez refleja situaciones de violencia sexual y abuso, y que la maternidad temprana se vincula a las dificultades para conformar un ambiente hogareño protector y estimulante para los hijos.
Munduate añadió que es clave desarrollar políticas y planes de trabajo para accionar y ofrecer mejores oportunidades de vida.
El año pasado, según datos del Minsa, ingresaron a control prenatal en medio de la pandemia de Covid-19 —en instalaciones de su dependencia— 9 mil 724 jóvenes de entre 10 y 19 años. Son 5 mil 72 jóvenes más que las que ingresaron a control en 2019, cuando hubo 4 mil 652. Estas estadísticas no incluyen la población que recibió atención en la Caja de Seguro Social ni en clínicas privadas.
Los números son superiores a los reportados en 2019, lo que podría llevar a aumentar la tasa de fecundidad.
Educación sexual: una emergencia
Los números vuelven a poner en el tapete la necesidad de una educación sexual y reproductiva entre la población adolescente del país.
Actualmente, en la Comisión de la Mujer, la Niñez, la Juventud y la Familia de la Asamblea Nacional se encuentra en análisis el proyecto de ley 657, que tiene como objetivo establecer un programa de educación para la prevención de embarazos en menores de edad, infecciones de transmisión sexual y delitos sexuales.
La iniciativa legislativa fue presentada el pasado 4 de agosto por los diputados independientes Gabriel Silva y Juan Diego Vásquez.
Desde 2008, suman tres las polémicas desatadas en el país en torno a la educación sexual integral, a partir de la presentación ante la Asamblea Nacional de distintos proyectos de ley que buscaban, precisamente, adoptar políticas públicas inherentes al tema.


