Uno de los cardenales más influyentes del Vaticano, el italiano Angelo Becciu, apartado por el papa Francisco por sospechas de “malversación de fondos”, afirmó públicamente el viernes su inocencia.
El prelado, de 72 años, cayó en desgracia el jueves por la noche de forma inesperada, después de un encuentro de unos 20 minutos con el papa que exigió su dimisión.
“El Santo Padre aceptó la renuncia al cargo de prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y a los derechos vinculados al cardenalato presentada por su eminencia, el cardenal Giovanni Angelo Becciu”, anunció la Santa Sede en un escueto comunicado.

