Pasados casi tres días de los deslaves que el 3 de noviembre destruyeron tramos completos de la carretera que conecta David, Chiriquí, con Changuinola, en Bocas del Toro, ya empiezan a escasear los combustibles y los alimentos en esta apartada región del país caracterizada por la producción de banano y la explotación del turismo.
El colapso de la vía en varios puntos, como Hornitos, Bella Vista, Los Planes y Quijada del Diablo, provocó entre este jueves y viernes largas filas para abastecerse de gasolina en localidades como Changuinola y Almirante. Igualmente, la población se volcó a los supermercados y aborroterías a comprar gas, víveres y alimentos por temor a quedarse sin comida. Desde el mediodía de ayer, algunas estaciones ya no tenían gasolina o diésel para despachar.
La exportación de banano, sin embargo, no se ha visto afectada, debido a que la fruta se mueve por vía marítima, a través del puerto de Almirante.
En esta provincia viven más de 170 mil personas y existe tres formas de acceso: por aire, a través del aeropuerto José Ezequiel Hall, ubicado en Isla Colón, o el Manuel Niño de Changuinola; por tierra, a través de la ahora colapsada carretera o por el vecino país de Costa Rica, o por mar, zarpando de la provincia de Colón.
Iván Eskildsen, administrador de la Autoridad de Turismo de Panamá, aseguró ayer en sus redes sociales que ante la emergencia se evalúa como alternativa un ferry entre Colón y Bocas.
El vicegobernador de la provincia, Eleazar Gómez, dijo que todas la alternativas están en evaluación.
Hasta el momento existen 76 afectados directamente que se encuentran en un albergue ubicado en el centro educativo de Finca 4, en el corregimiento de El Empalme en Changuinola, dijo el director regional del Sistema Nacional de Proteción Civil, Harlo Whyles.
Además, informó que se han rescatado a varias personas que se encontraban varadas en los buses, carros particulares y camiones en diferentes puntos de la vía.
