Tania Head trabajaba en las oficinas de Merrill Lynch, en el piso 78 de la torre sur del World Trade Center, cuando un avión comercial de United Airlines con 65 personas abordo impactó con el espigado edificio el fatídico 11 de septiembre de 2001 (11-S).
Head fue una sobrevivientes del ataque terrorista. Según ella, el único recuerdo que le quedó del momento de la explosión fue el de su secretaria decapitada por uno de los escombros. La robusta mujer quedó inconsciente en medio del caos y uno de sus brazos estaba en llamas. Pero se salvó gracias a la ayuda de un hombre que llevaba un pañuelo rojo en el rostro.
El “héroe enmascarado” la llevó a rastras hasta las escaleras, pero estaba herido de muerte y no pudo acompañarla en el descenso. Y como en un melodrama, el valiente desconocido puso un anillo de bodas en las manos de Head para que se lo entregara a su esposa.
La tragedia continúa. Al bajar sin aliento de aquel infierno, lo primero que Head vio fue las llamas que salían de la torre norte del World Trade Center, en donde se encontraba el hombre con el que se casaría dentro de pocos días.
Instantes después, las Torres Gemelas se vinieron abajo. El prometido de Head no pudo salir.
NACE EL MITO
Tras el calvario y la avalancha informativa de los atentados, Head fue compartiendo su testimonio. Era empática. Hablada de los demonios internos que la acompañaban desde ese día y escuchaba la letanía de otros sobrevivientes y de los familiares de las víctimas.
Así, Head llegó a ser presidenta de la Asociación de Víctimas del World Trade Center, confidente de todo aquel que sufría las pérdidas tras la odisea y hasta consejera de las autoridades de Nueva York en temas vinculados con los tristes sucesos. Era la heroína del 11-S.
LA VERDAD, A LA LUZ
Resulta que toda la historia de Tania Head es mentira. Una gran mentira.
No trabajó en Merrill Lynch, no estudió en las universidades de Harvard y Stanford como decía, no perdió a su príncipe azul tras la caída de la torre norte y nunca le fue confiado el anillo de matrimonio de un agonizante enmascarado.
Ni siquiera estaba en Estados Unidos cuando el 11-S estremeció la historia contemporánea.
¿Tania Head? Sí, tampoco el nombre es real; es otro de los eslabones de una cadena de mentiras que la española Alicia Esteve inventó al calor del luctuoso episodio y no se detuvo hasta que The New York Times le quitó el antifaz en 2007.
Head, o más bien Esteve, despertó la curiosidad del prestigioso rotativo cuando rechazó en reiteradas ocasiones solicitudes de entrevistas. Así que el equipo de The New York Times investigó por su cuenta y descubrió la maraña de ficción que rodeaba al personaje.
Tania Head resultó ser una víctima verdadera de la ofensiva terrorista del 11-S y Esteve supo que podía tomar su identidad, desveló la publicación. El diario concluyó que nadie había hurgado el pasado de Esteve hasta ese momento por respeto al dolor que debía sentir.
Este es el grueso del documental “La mujer que nunca estuvo allí”, que está transmitiendo National Geographic durante esta semana en el marco del 11-S, que hoy cumple su undécimo aniversario.
Al final, Esteve volvió a España y no le pudieron levantar cargos porque nunca se benefició económicamente de su patraña. Simplemente mintió. Nada más.
De acuerdo con National Geographic, Esteve continúa en España sigue diciendo y, más increíble aún, creyendo que es una de las sobrevivientes del 11-S.
Los ataques terroristas de 11-S han sido fuente de inspiración para escritores y realizadores audiovisuales.
Los medios internacionales reportaron el año pasado, cuando se cumplía la primera década del suceso, que existían centenares de libros inspirados en los atentados; solo en español había unos 40 títulos registrados hasta 2011.
En contraste, las producciones cinematográficas que hablan o hacen referencia a la caída de las torres gemelas y a los daños en el Pentágono casi se pueden contar con los dedos: The Guys, 11-09-01, La hora 25 (todas de 2002), Fahrenheit 911 (2004), World Trade Center (2006), la reverenciada United 93 (2006) y Extremely Loud and Incredibly Close (2011).
La televisión, en cambio, ha sacado más material con documentales y teleseries alusivas. Varias serán retransmitidas por estos días.