La mitad de los pacientes con Covid-19 que se espera lleguen a las unidades de cuidados intensivos del país presentan cuadros de “hipoxia severa”, una de las consecuencias del nuevo coronavirus que, de forma sigilosa, complica la salud de las personas e, incluso, puede llevarles a la muerte sino reciben atención oportuna.
Este síndrome consiste en la disminución del nivel de oxígeno disponible para células, sangre y tejidos, y pese a que el paciente se siente relativamente bien, en minutos puede colapsar.
Julio Sandoval, de la Comisión Asesora por Coronavirus, subrayó que algunas personas llegan prácticamente sin síntomas de la enfermedad, pero se encuentran con que tienen bajos niveles de oxígeno y si no se estabilizan pueden terminar con un paro respiratorio.
El enemigo ‘silencioso’ que acompaña al virus
Varias personas llegaron a los hospitales del país con fiebre, tos, diarrea o cansancio físico, que llevó al personal de Salud a practicarles las pruebas de Covid-19. Los pacientes nunca reportaron dificultad para respirar.
Una vez confirmado que son portadores del virus y que les practican pruebas -como radiografía del tórax- el resultado es de alarma para los médicos: bajos niveles de oxígeno en la sangre que, si no se atienden en el momento, puede ocasionar hasta la muerte.
En términos médicos se conoce como “hipoxia severa”, que no es más que cuando los pulmones, como consecuencia del virus, no oxigenan de manera efectiva células, sangre y tejidos, y - a pesar de ello- el paciente se siente relativamente bien. El problema es que la persona puede colapsar de un momento a otro y morir si no recibe atención oportuna.
Julio Sandoval, médico intensivista y miembro del Comité Técnico Asesor del Ministerio de Salud (Minsa), precisó que el 5% del total de pacientes con Covid-19 que hay en el país, ingresan a las salas de cuidados intensivos y, de ese porcentaje, la mitad (es decir, un 2.5%) presenta ese tipo de condición.
“Ellos [los pacientes] clínicamente no muestran manifestaciones de la enfermedad, pero tenemos parámetros como gasometría arterial, frecuencia respiratoria, estado de conciencia del paciente, que nos alertan que la persona podría caer en un paro respiratorio en los próximos minutos, y rápidamente son admitidos a las unidades de cuidados intensivos”, explicó.
Sandoval, quien diariamente recorre las unidades de cuidados intensivos, subrayó que esto, incluso, ha provocado la muerte de varios pacientes. “La mitad de los pacientes que se espera ingresen a cuidados intensivos llegan con falla respiratoria tipo hipoxémica”, dijo.
Actualmente, en las unidades de cuidados intensivos de todo el país se atienden a poco más de 90 pacientes, quienes son los que presentan más riesgo de morir por el virus. Inicialmente, las autoridades sanitarias reportaban que el 50% de los enfermos que ingresaban allí morían, pero según Sandoval, eso bajó a un 30%.
Algo que atribuye a la aplicación de tratamientos como heparina y esteroides. Además, consideró que con el uso del plasma convaleciente (uso de anticuerpos detectados en pacientes que superaron el virus) el porcentaje de muertes bajará.
El también médico intensivista Julio Osorio planteó que la hipoxia severa es algo que también se reporta en los pacientes que padecen enfermedades crónicas, como en aquellos que son fumadores.
Sin embargo, en las personas con Covid-19 detalló que pasa algo similar, pero el efecto ocurre más rápido.
“La persona está casi normal con una tos leve, pero no notan que casi no tienen oxígeno. Incluso, ya tienen un daño pulmonar agudo que se puede complicar en poco tiempo”, explicó Osorio.
Mientras que el pediatra infectólogo e integrante del equipo asesor del Minsa, Xavier Sáez-Llorens, sostuvo que para evitar que el paciente requiera llegar al extremo de usar ventilador mecánico, lo ideal sería tratar de administrar oxígeno de forma temprana y observar si ocurre alguna mejoría.
Conforme al especialista, para detectar si una persona está necesitando oxígeno de forma temprana se miden las concentraciones a través de una especie de sensor. “Cuando ese indicador está por debajo de 92 o 93, la persona requiere de oxígeno”, planteó.
En términos generales, Sáez-Llorens señaló que lo que se está viendo en este tema es que el paciente no tiene esa dificultad respiratoria evidente y por eso se conoce como “silenciosa”.
“A lo mejor la saturación de oxígeno baja a 85 en la persona afectada y ese es un indicativo de que algo está pasando. Con la oxigenación temprana se evita que el pulmón se fatigue, por llamarlo de alguna manera, y requiera ventilación”, acotó.
Según los informes de los médicos intensivistas, la saturación normal de oxígeno para la mayoría de las personas al nivel del mar es del 94% al 100%; pero en algunos pacientes con Covid-19 el nivel de saturación de oxígeno bajó a 50%.
Uno de los primeros en referirse a este tema, en medio de la pandemia, fue el médico estadounidense Richard Levitan. Su definición sobre la hipoxia fue clara: “es una infección que está matando silenciosamente a los pacientes con coronavirus”.


