La demolición de la histórica casa Maal, en Colón, generó rechazo e indignación de organismos nacionales e internacionales que defienden el patrimonio histórico.
El Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos, por sus siglas en inglés), capítulo de Panamá, emitió un comunicado en el que calificó como un “delito contra el patrimonio” que se derribara este inmueble.
En su escrito, el organismo asesor de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) en temas patrimoniales, recordó que la casa Maal fue construida en el siglo XIX; era una de las viviendas más antiguas que quedaba en pie en el casco antiguo de Colón y tenía el único ejemplar con arcada de ladrillo y techo empinado.
También hicieron referencia a que allí pasó sus últimos días el general Pedro Prestán, líder liberal que defendió la ciudad de Colón en la separación de Panamá de Colombia.
Por tales motivos, Icomos argumentó que “el deterioro [de la estructura] no justifica la destrucción total del patrimonio histórico”.
También planteó que lo ocurrido esta semana, según el Código Penal, en su capítulo VII, implica que quien destruya, posea, dañe o, sin autorización de autoridad competente, explote o remueva sitio u objeto arqueológico, documento, monumento o bienes que formen parte del patrimonio histórico, será sancionado con prisión de cinco a siete años.
“Icomos reitera su interés de apoyar la salvaguardia del patrimonio histórico. Por tal razón, solicitamos se sancione de forma ejemplar el delito cometido contra el patrimonio”, concluye la nota, la cual además sugiere evitar cambios a la legislación que se aparten de la protección del patrimonio.
Al igual que Icomos, la Federación Panamericana de Asociaciones de Arquitectos mostró su inquietud luego de la demolición.
El alcalde de Colón, Alex Lee, y el diputado Jairo Salazar habían anunciado que demolerían la casa Maal y que cada semana derribarían un edificio del centro de Colón.
Se le consultó a Lee sobre los cuestionamiento tras demoler el caserón y sólo respondió: “la próxima semana va a haber otra [demolición]”.

