La circulación de la variante del virus SARS-CoV-2 denominada Ómicron (B.1.1.529) en el país trajo consigo el debate sobre la autorización y venta de las pruebas rápidas o de autoaplicación de la enfermedad Covid-19, ya que, por semana, la demanda de los test de diagnóstico está en un vertiginoso ascenso.
Los datos de epidemiología del Ministerio de Salud (Minsa) muestran que en la semana epidemiológica que acaba de concluir (16 al 22 de enero) se realizaron en el país 197 mil 587 pruebas, es decir, 44 mil 419 más que la semana anterior (9 al 15 de enero), cuando se efectuaron 153 mil 168 (ver gráfico).

Durante esta última semana epidemiológica, Panamá realizó el mayor número de pruebas de todas las semanas en pandemia, de acuerdo con los datos publicados por el Minsa y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La opción planteada por varios científicos del país — y autorizada ayer a través del Decreto Ejecutivo 5 de 24 de enero de 2022— para enfrentar la situación es ampliar la capacidad diagnóstica mediante las pruebas rápidas y autoaplicadas, sin embargo, el Colegio Nacional de Laboratoristas Clínicos (Conalac) considera que Panamá no está listo para la autoaplicación de pruebas.
El epidemiólogo y director ejecutivo del Centro de Investigación Cevaxin, Rodrigo De Antono, explicó que estas pruebas tienen la ventaja de que ofrecen los resultados de forma más rápida y son fáciles de realizar, con lo cual puede ser una medida muy útil para reducir la propagación del virus. Además, son económicas y permiten no sobrecargar la capacidad de los laboratorios clínicos.
La desventaja es que pueden generar falsos negativos, al tener menor sensibilidad que la prueba de PCR, la cual es el patrón de referencia para el diagnóstico. Así mismo, que se requiere que la persona reporte el resultado a las autoridades y se aísle rápidamente cuando el resultado sea positivo, manifestó De Antonio.
No obstante, subrayó que con reforzar algunos aspectos se puede lograr su uso en el país, como por ejemplo, autorizar aquellas que durante su evaluación muestren los resultados más confiables, educar a la comunidad de cómo se deben realizar (tanto en niños como en adultos) e interpretar los resultados y reportar oportunamente cuando la prueba resulta positivo.
De Antonio remarcó que desde que comenzó la pandemia en el país se ha contado con plataformas digitales desarrolladas por la Autoridad Nacional para la Innovación Gubernamental (AIG) que serían muy útiles para este propósito, de reportar un resultado positivo, y añadió que también se pueden poner a disposición de los pacientes guías sobre las acciones que deben tener en cuenta para buscar atención médica y limitar la transmisión del virus.
El Consejo de Gabinete, en reunión extraordinaria, aprobó el pasado 17 de enero la compra de pruebas de la Covid-19, entre ellas rápidas o autoaplicadas, que serán distribuidas entre el Ministerio de Salud y la Caja de Seguro Social (CSS).
Y ayer, a través del Decreto Ejecutivo 5, publicado en Gaceta Oficial, “se autoriza en las empresas y comercios la utilización de pruebas auto aplicadas avaladas por el Instituto Conmemorativo Gorgas”. Añade la norma, que si el resultado es “no detectado”, la persona podrá mantenerse en sus labores habituales, y si es positivo “deberá acudir a un centro de hisopado público o privado a realizarse una prueba de antígeno o de PCR”.
Como medida optativa, se autorizó el funcionamiento de centros de hisopado en empresas y comercios. Los lugares que opten por hacerlo deberán regirse por la Resolución 274 de 3 de mayo de 2021.
El reto de la trazabilidad
Eduardo Ortega Barría, asesor en vacunas del Minsa y secretario nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, indicó que la discusión sobre el uso de las pruebas rápidas o autoaplicadas se centra en la parte operativa de la trazabilidad.
No obstante, Ortega Barría, a título personal, consideró que la trazabilidad con el linaje Ómicron se perdió, ya que hay personas que no se están realizando la prueba o hay personas que han comprado los test por internet o cuando han viajado al extranjero.
Este medio tiene reportes de personas que han presentado síntomas de la Covid-19, no han acudido a realizarse la prueba, y se han quedado en aislamiento en casa, ya que cuentan con sus tres dosis de la vacuna.
Otras personas han adquirido las pruebas rápidas o de autoaplicación cuando han viajado al extranjero.
Mientras que hay personas que reciben sus resultados cinco días después de realizarse la prueba, y ningún funcionario del Minsa los contacta previamente para conocer sobre sus contactos estrechos.
Una prueba PCR es más sensible y detecta más pronto la infección, pero demora más en entregarse el resultado. Ambas pruebas son útiles, pero al propagarse una variante tan veloz, como la Ómicron, la prueba rápida o autoaplicada puede lograr que alguien se aísle antes de infectar a otras personas.
Se recomienda aplicar la prueba rápida o autoaplicada al quinto día de haber tenido contacto con un caso positivo de la Covid-19.
Actualmente, en Panamá se vienen reportando entre 25 mil y 35 mil pruebas diagnósticas por día, según evidencian los informes de epidemiología del Minsa.
Argumento de Conalac
Previo a la autorización anunciada ayer, el Conalac planteó mediante un comunicado que el Minsa debía garantizar que estas pruebas sean realizadas por el personal que reúne las competencias requeridas para su interpretación y validación; y así asegurar confiabilidad en los resultados.
“Es importante la correcta toma de las muestras y que las pruebas que se utilicen en el país tengan la sensibilidad y especificidad que sustenten los resultados, porque de lo contrario se tendrán consecuencias nefastas para la salud del país, ya que estas prácticas caseras no garantizarán la trazabilidad de los pacientes positivos reales y afectarán las decisiones de las autoridades, dado que trabajarán con una estadística epidemiológica errada”, se advierte en el comunicado.
El infectólogo, pediatra e investigador clínico Xavier Sáez-Llorens dijo que en muchos otros países se ha educado y empoderado a la gente en el aprendizaje de la técnica, y la sociedad tiene ya mucha experiencia en el uso de pruebas rápidas para detectar embarazo y monitorear niveles de glucosa (diabéticos).
“Las pruebas caseras ofrecen mucha utilidad para que las personas no se aglomeren en centros de hisopado y para que si salen positivas puedan responsablemente evitar contagiar a la gente de su entorno familiar, social o laboral; es una situación de ganar y ganar”, manifestó.
Paulino Vigil De Gracia, investigador distinguido del Sistema Nacional de Investigación de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, reconoció el trabajo de los laboratoristas durante estos meses de pandemia, pero en este caso observa un protagonismo innecesario de los dirigentes y duda que sea una opinión consensuada de las bases.
“No me convence [que] sea por negocio, como dicen muchos, es por perder su participación o dejar de ser actor y aún así no encuentro justificación”, expresó.
Los expertos consultados coinciden en que la trazabilidad se perdió, sin duda, de allí que la autoridad debería enfocarse en vigilar hospitalizaciones por la Covid-19 y los fallecimientos.


