Las barreras plásticas y las señales de desvío son profusas. En el bus, el medio de transporte para la mayoría de los habitantes de la vieja barriada, hace calor. “Nos dejan tirados donde sea”, se queja una mujer de pelo desteñido, entrada en sus 50, que va en uno de los últimos asientos.
El conductor se encoge de hombros. No le responde. “Échale la culpa al Gobierno”, dice alguien. La mujer le lanza una mirada feroz. “Menos mal que vivo cerca”, dice, mientras se baja por Pollos Mario. Otros ya bajaron por la estatua de Morelos. Hombres y mujeres caminan, pero no van a las ruinas legendarias, sino para sus casas. Por obra y gracia de la ampliación de la avenida Cincuentenario, Panamá Viejo, en pleno centro de la ciudad, parece un poblado aislado.
Puente del Rey semeja a ciertas horas un camino de arrieras. “Eso no va a aguantar”, dice un señor moreno con gorra y suéter, que camina castigado por el sol y mira de reojo a los paseantes que avanzan sobre la antigua estructura, reforzada hace poco para que no se viniera abajo.
Cuatro meses. Es lo que el Ministerio de Obras Públicas y la empresa Norberto Odebrecht han dicho a los habitantes de la barriada que durarán los trabajos que obligaron al desvío de automóviles y transportes de pasajeros, congestionando la avenida Santa Elena y, en las horas pico, formando un tapón impasable.
La obra era, desde hace muchos años, una “amenaza” anunciada y temida por la comunidad.
Dentro de cuatro días se cumple otro aniversario de la cuatro veces centenaria ciudad, en cuyo asentamiento original estuvo la primera urbe fundada por europeos en América a orillas del océano Pacífico.
PASADO
Las llamas marcaron el fin de la ciudad fundada por Pedrarias Dávila el 15 de agosto de 1519. Henry Morgan la asaltó y saqueó entre el 28 de enero y el 24 de febrero de 1671. Luego, fue abandonada y sus habitantes erigieron otra, en el extremo opuesto de la bahía de Panamá.
Según reseña Julieta de Arango, del Patronato Panamá Viejo, tras la destrucción “el sitio original fue abandonado, lo que permitió que sus restos se conservaran sin mayores alteraciones”.
En el documento El sitio de Panamá Viejo, un ejemplo de gestión patrimonial, Arango indica que a principios del siglo XX “comenzaron los primeros esfuerzos por la recuperación de Panamá Viejo. Se dictaron las primeras leyes, se definieron sus linderos y en la década de 1970 se formularon los primeros planes maestros para su puesta en valor”.
El patronato es el ente que ha velado desde 1996 por la conservación del sitio, pese a que está bajo la Dirección de Patrimonio Histórico del Instituto Nacional de Cultura.
COMUNIDAD
Fue aproximadamente en la década de 1940 cuando se produjo el poblamiento más o menos espontáneo de Panamá Viejo. Fueron oleadas de personas sin casa, que llegaron desde San Miguelito y el interior del país al globo delimitado en 1916, y con su propio esfuerzo crearon comunidades como Puente del Rey y Villa del Rey, y por supuesto, la barriada de Panamá Viejo.
Recuerda el arquitecto Rodrigo Mejía-Andrión que, siendo estudiante, le propusieron al presidente José Antonio Remón Cantera cercar el conjunto monumental de Panamá Viejo para evitar que la urbanización espontánea rebasara el área patrimonial, “pero no nos hicieron caso”.
Fue para 1950, poco antes de la celebración del cincuentenario de la República, que se construyó un “paseo”, y una especie de parque frente a la catedral. La vía se llamó avenida Cincuentenario y se convirtió en una calle de alto tráfico, que, según expertos, empezó a poner en riesgo la estabilidad y conservación de las ruinas.
En la década de 1970, los proyectos Estampa incluyeron soluciones viales que entroncaban con la calle Cincuentenario y en los que más tarde, en la década de 1990, se basarían las propuestas para la construcción del corredor Sur.
MALESTAR
“Se está cumpliendo el sueño de algunos de expulsar a la comunidad de Panamá Viejo del lugar que ha ocupado por décadas”, expresa una residente del área a través del sitio de Facebook Panamá Viejo al día.
Sin embargo, arqueólogos y urbanistas han señalado que el trayecto adoptado, pese a las afectaciones evidentes (más de 60 casas destruidas y trayectos dentro de zonas de posible interés arqueológico) es la “menos mala” de las soluciones posibles.
Lo cierto es que una vez más la ciudad y la vida de sus habitantes cambiarán para siempre en Panamá Viejo.
Desde el pasado 9 de julio, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) anunció el cierre parcial de un tramo de la vía Cincuentenario para ejecutar trabajos del llamado “Proyecto de preservación del patrimonio histórico de la ciudad de Panamá”. El MOP, junto con la Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre, aplicó un plan de manejo de tráfico durante el tiempo que duren las labores, que es aproximadamente de cuatro meses.
El plan requirió inhabilitar los dos carriles de la vía Cincuentenario a la altura de Puente del Rey. Las avenidas Santa Elena y el corredor Sur son las dos rutas alternas para desplazarse por esta área. En días hábiles, la avenida Santa Elena tendrá inversión de dos carriles, de 6:00 a.m. a 9:00 a.m., y de 6:00 p.m. a 7:00 p.m. Durante el proyecto habrá acceso controlado para los residentes, comerciantes de Villas del Rey y Puente del Rey, y rutas especiales de transporte público.
