Quienes logren una de las siete licencias que otorgará el Ministerio de Salud (Minsa) para la fabricación y comercialización del cannabis medicinal en Panamá, solo podrán hacerlo de manera local, pues no podrán exportar y reexportar; además, tendrán un periodo corto para importar, al principio de la entrada en vigencia de la nueva norma.
Así quedó consignado en el proyecto de ley 153, que establece el uso medicinal de cannabis y que fue aprobado el jueves en segundo debate por el pleno de la Asamblea Nacional.
Según el proyecto, las empresas que logren las licencias que otorgará el Minsa tendrán un periodo de gracia de dos años después de aprobada la licencia para importar el medicamento. Pasado ese tiempo, tienen que producir localmente o se les cancelará la licencia.
Estas modificaciones, que se incluyeron durante el segundo debate, fueron una de las exigencias por las que abogaron los pacientes que requieren del cannabis medicinal; consideran que si solo se importan los medicamentos, éstos serán más caros. “En países donde se produce localmente, como Chile y Perú, los medicamentos suelen ser menos costosos”, dijo a este medio Carlos Ossa, paciente de esclerosis múltiple y representante de la Fundación Buscando Alternativas, quien señaló que no está en contra de la importación.
El documento deja claro que solo las empresas establecidas en zonas francas o áreas económicas especiales podrán reexportar productos terminados o derivados del cannabis.
De las licencias
El proyecto de ley establece que se darán siete licencias, las cuales permitirán a las empresas fabricar, producir e importar. En un principio, la iniciativa proponía el otorgamiento solo de tres licencias, pero la propuesta varió en medio de críticas que apuntaban a un posible oligopolio.
¿A dónde irán los fondos recaudados de esta actividad?
En el proyecto se estableció que un 40% se destinará al Instituto de Salud Mental de Panamá; otro 40% a la Dirección Nacional de Farmacias y Drogas; 10% al Instituto Oncológico Nacional, y 10% al Programa Nacional para Estudio y Uso Medicinal del Cannabis y sus derivados, del Ministerio de Salud.
Sobre el tipo de las licencias, los diputados acordaron que solo se darán dos: una para la comercialización y otra para investigación. De las de comercialización, que tienen un costo de $150 mil cada una, solo se otorgarán a siete empresas por cinco años. Una vez cumplido ese plazo, el Minsa evaluará si otorga nuevas licencias, pero la cantidad no podrá ser menor de siete.
Mientras que las de investigación se darán a las universidades y centros que estudien el cannabis como medicina; no obstante, en el proyecto no se estableció un precio para este tipo de licencias, ya que se espera que se incluya en la reglamentación de la norma que quedará en manos del Minsa.
Habría 13 causales para cancelar las licencias. Entre ellas, realizar promoción o publicidad a través de medios de comunicación o redes sociales, de semillas para siembra de cannabis, de plantas de cannabis, cannabis y derivados, con excepción de eventos académicos o científicos.
Sin embargo, la propuesta deja muchas interrogantes que deben ser atendidas en la reglamentación. Por ejemplo, quiénes son los que venderán el medicamento y a qué precio.
Sobre este último tema se incluyó una modificación sobre el Consejo Asesor, adscrito al Minsa, que será la entidad encargada del diseño y seguimiento de los objetivos de esta ley, para que velen por el mantenimiento de costos accesibles en cuanto a productos derivados del cannabis medicinal.
Ossa manifestó que la ley no es perfecta ni la ideal, pero es el primer paso para algo justo y necesario, que es tener acceso al medicamento lo más pronto posible.
“Viene lo más importante, que es la reglamentación [que se haga bien y a tiempo], porque hasta que no se reglamente seguiremos en lo mismo, obligados a cometer ilegalidades por necesidad”, dijo.
Se espera que el lunes la Asamblea apruebe el documento en tercer debate y luego pase a manos del presidente Laurentino Cortizo, para su veto o sanción.
Esta no está fue modificada el lunes, 30 de agosto, a las 10:00 a.m. Se precisa cita de uno de las fuentes consultadas, Carlos Ossa. Se escribió así; “En países donde se produce localmente, como Chile y Perú, los medicamentos son menos costosos”, dijo a este medio Carlos Ossa, paciente de esclerosis múltiple y representante de la Fundación Buscando Alternativas. Se precisa “En países donde se produce localmente, como Chile y Perú, los medicamentos suelen ser menos costosos”, dijo a este medio Carlos Ossa, paciente de esclerosis múltiple y representante de la Fundación Buscando Alternativas, quien señaló que no está en contra de la importación.


