El pulmón de la capital está en riesgo

El pulmón de la capital está en riesgo


El Parque Nacional Camino de Cruces, en el corregimiento de Ancón, posee más de 4 mil hectáreas de bosques primarios, que con el tiempo han venido desapareciendo para dar paso a proyectos de construcción no solo privados, sino también estatales.

Su creación data den 1992 y constituye uno de los pilares básicos para el funcionamiento y la conservación de la cuenca hídrica del Canal, lo que inquieta aún más a ecologistas y a activistas comunitarios del lugar.

Solo basta un recorrido y tomar algunas imágenes para darse cuenta de que en la actualidad hay una serie de problemas y carencias, que generan alteraciones o amenazas directas e indirectas a los recursos naturales y culturales del área protegida.

En esta zona, además de valiosos bosques, hay viejos caminos de piedra que datan de la época colonial.

Ahora mismo, una de las principales deficiencias para la gestión del parque es que requiere una normativa para administrar los recursos naturales y culturales que se deben conservar y proteger allí, ya que su plan de manejo venció en 2010.

Esto, de alguna manera, ha permitido la construcción de proyectos en el sitio, como la Ciudad de la Salud de la Caja de Seguro Social, la tercera línea de transmisión de la Empresa de Transmisión Eléctrica, S.A., (Etesa) o Merca Panamá, de la empresa estatal Mercados Nacionales de la Cadena de Frío.

Mientras, en el sector privado se pueden apreciar algunas canteras, rellenos o proyectos inmobiliarios dentro o en la zona de amortiguamiento de la reserva.

Actualizan manejo

En medio de este escenario, el Ministerio de Ambiente y Etesa licitaron una consultoría por $65 mil para actualizar el plan de manejo del parque Camino de Cruces, que caducó.

Según el pliego de condiciones que reposa en Panamá Compra, el nuevo plan debe ser cónsono con las realidades que existen en el sitio, la incorporación de nuevos límites, el desarrollo de redes viales (calles) que atraviesan el área, así como facilitar la participación de los diferentes actores que tienen incidencia en esta zona protegida, de acuerdo con el rol que le corresponda a cada uno. Ellos pueden ser autoridades, ambientalistas, residentes, entre otros.

Además, el plan implicaría elaborar un “ordenamiento” de las actividades extractivas de aprovechamiento o cualquier otra actividad que afecte los recursos biológicos e históricos culturales del área protegida y su zona de amortiguamiento.

Los fondos los está aportando Etesa, como medida de “compensación” por el paso de la tercera línea de transmisión dentro de los límites del parque, la cual va desde Panamá hasta el distrito de La Chorrera, en la provincia de Panamá Oeste.

Interrogado sobre el avance de la actualización del plan de manejo, el ministro de Ambiente, Emilio Sempris, subrayó que ya están en proceso de revisión del documento borrador.

A su vez, se le preguntó si habrá consultas con los sectores interesados en conocer el plan de manejo final, antes de ser publicado en Gaceta Oficial, y su respuesta fue “todo se consulta”.

Solo para tener una idea de la importante biodiversidad de Camino de Cruces, se estima que sus bosques pueden albergar 70 especies de anfibios y 112 de reptiles, mientras que el número de especies de mamíferos puede llegar a 160. Todo eso, sin contar la composición de su flora y recursos hídricos.

Las dudas

Una de las activistas que más de cerca ha seguido este tema es María Chávez, presidenta de la Red Ciudadana Urbana de Panamá, quien indicó que desde hace años vienen denunciando el impacto de estos proyectos en el parque Camino de Cruces.

“Tener bosques tropicales es como tener un diamante en bruto y los panameños no los valoramos o no los defendemos más”, manifestó.

La Red Ciudadana presentó en 2015 dos demandas, una contra la Ciudad de la Salud y otra contra el nuevo Mercado de Abastos, licitados durante el pasado gobierno, sin embargo, no fueron admitidas por la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia. “Esperamos que este nuevo plan sea para proteger el sitio natural”, acotó.

Por su parte, Alida Spadafora, diputada suplente y exdirectora de la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza, sostuvo que se tiene que evaluar con urgencia cómo estas construcciones han afectado la funcionalidad del parque. “Definitivamente, Camino de Cruces ha sido impactado”, puntualizó.

Entretanto, Susana Serracín, de la Alianza para la Conservación y el Desarrollo, tiene sus dudas sobre los cambios al plan de manejo de Camino de Cruces que lleva a cabo el Ministerio de Ambiente, ya que considera que todas las actualizaciones que realiza esa entidad en las áreas protegidas y zonas de rica biodiversidad no son precisamente “positivas”, sino que van en desmedro de la conservación ambiental.

“Han prostituido totalmente el concepto de desarrollo sostenible”, concluyó.

LAS MÁS LEÍDAS