Un jugoso salario no garantiza resultados positivos. Menos en el fútbol. Así quedó otra vez en evidencia con la reciente Copa América Centenario, en la que Chile se alzó con la victoria tras derrotar en penales 4–2 a su rival, Argentina. La nómina chilena cuesta 190 millones de dólares y la argentina, 583 millones de dólares.
Pero los resultados van más allá de la capacidad deportiva de los futbolistas, del talento representado en el valor de unos derechos deportivos. En definitiva, el fútbol es un deporte en equipo que necesariamente requiere de un estratega.
Los técnicos cobran en ocasiones salarios abultados para terminar de garantizar los resultados que a veces sus dirigidos son incapaces de alcanzar. Ahí está, quizás, la diferencia entre el técnico de Chile, Juan Antonio Pizzi, con el de Argentina, Gerardo Martino.
Una publicación reciente del portal especializado Finance Football reportadas por los diarios deportivos Marca y As de España, reveló el secreto de los salarios de los técnicos de la Copa América Centenario.
La nómina anual reporta un total de 16 millones 873 mil dólares. Es decir, que en promedio deben ganarse un aproximado de 2 millones 600 mil dólares por cabeza.
La remuneración puede extenderse a bonos, gratificaciones extraordinarias y reconocimientos por metas cumplidas. Es una manera de incentivar el trabajo con valoraciones de logros alcanzados.
En el ranking de los 16 directores técnicos que participaron en la Copa América Centenario de Finance Football, el mejor pagado de la Copa América Centenario fue Carlos Caetano Bledorn Verri, mejor conocido como Dunga, de Brasil. Tenía un salario anual de 3 millones de dólares; y su equipo era uno de los favoritos del torneo hasta la eliminación frente a Perú.
En reemplazo de Dunga se encuentra el exfutbolista Adenor Leonardo Bacchi, conocido como Tité, exdirector del Corinthians.
Óscar Ramírez, el estratega de Costa Rica, devenga 226 mil dólares al año. Aunque sus dirigidos se quedaron en la primera ronda, le ganaron a Colombia cuando ya la leche se había derramado.
El director técnico del campeón, Juan Antonio Pizzi, ocupa la décima posición, con un millón de dólares al año, y por lo visto está muy bien justificado ese cheque, propio de un CEO de multinacional. Debía reafirmar el triunfo en la anterior edición de la Copa América, cuando Chile fue el anfitrión y doblegó a la Argentina de Messi y sus amigos.
Gerardo Martino, el jefe de Messi y sus coequiperos, salvo que no le suceda lo de Dunga, redondeará en diciembre un salario de 2 millones de dólares. Se ubica en el cuarto lugar entre los directores mejor pagados, según el ranking.
En el segundo puesto está el alemán Jürgen Klinsmann. Dirige a la selección de Estados Unidos desde el año 2011 y devenga un salario de 2.6 millones de dólares. El equipo anfitrión de la Copa ocupó la cuarta casilla tras haber perdido 1–0 ante Colombia.
El argentino Ramón Díaz, de la selección de Paraguay, corrió con la misma suerte de Dunga. Antes de hacerse a un lado, su contrato suscribía una remuneración de 2 millones de dólares por año. El equipo guaraní tampoco logró avanzar a la segunda ronda y Díaz, muy gallardo y muy consciente, presentó su renuncia tras reconocer que falló en su estrategia y en la elección de jugadores.
El director técnico de la selección de Panamá, Hernán Darío Bolillo Gómez, dice Finance Football, cobra 450 mil dólares. Quiere decir que si logra clasificar al equipo al Mundial de Rusia 2018, el colombiano se habrá ganado la suma de un millón 800 mil dólares.
En contraste con su antecesor, Julio César Dely Valdés, se especula que el colonense recibía menos de la mitad, pese a sus resultados. Panamá quedó en el tercer lugar de la Copa Oro 2011, subcampeón dos años después y estuvo a cinco minutos de estar en el Mundial de Brasil.
Por ahora, la selección de Bolillo sigue peleando las eliminatorias para Rusia 2018 y la llevó al tercer lugar de la Copa Oro de 2015, la cual se celebró en Estados Unidos. En ese año fue elegido por la Concacaf como el entrenador del año, aunque está lejos de ser el mejor pagado. Allá arriba estaba Dunga en solitario.
