El número de casos y muertes por la enfermedad Covid-19, transmitida por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, lleva seis semanas consecutivas en aumento sin dar tregua al sistema sanitario del país.
La escalada de casos comenzó en la semana epidemiológica del 7 al 13 de junio, cuando se contabilizaron 4,055 casos y, desde entonces, el crecimiento persiste.
Solo en la semana del 12 al 18 de julio la cifra de casos fue de 7,929, de acuerdo con los informes Epidemiológicos del Ministerio de Salud (Minsa).
Esta situación muestra que la pandemia está fuera de control en el país, sobre todo en las provincias de Panamá y Panamá Oeste, donde se concentra más de la mitad de los casos reportados.
Enrique Mendoza, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá y miembro del Consejo Consultivo de Salud, en una entrevista con La Prensa, brindó detalles sobre el manejo de la pandemia y dio recomendaciones para seguir adelante, entre otros aspectos claves para enfrentar el desafío sanitario más importante de este siglo.
¿Cuál es el estado actual de la pandemia en el país?
Está fuera de control, muy particularmente en las provincias de Panamá y Panamá Oeste. Antes de la pandemia, el sistema de salud era un sistema disfuncional bajo estrés organizacional. Actualmente, está al borde de la falla.
Por cuatro meses se ha dicho que la estrategia era aplanar la curva y preparar al sistema de salud, pero la realidad es que la curva nunca se aplanó y que nunca se preparó realmente el sistema de salud.
No califico el trabajo del gobierno o de la población. La situación creada por la pandemia viral es compleja, difícil, ambigua y volátil. El gobierno y la población han procedido con una dinámica altruista.
La población panameña, como 2,600 millones de seres humanos, ha sido sometida por primera vez en la historia de la humanidad a una cuarentena absoluta por espacio de tres meses, que se comprende bien era parte de la estrategia de mitigación frente a una nueva enfermedad causada por un nuevo virus, para la cual no tenemos vacunas ni tratamiento específico. Y el gobierno y la población se han enfrentado al desafío más importante de este siglo.
¿Qué lectura tiene del manejo de la pandemia?
En otros países se ha hecho un análisis crítico del manejo de la pandemia. Por ejemplo, en Francia la Asamblea Nacional llamó a declarar al presidente del Comité Científico que asesoró al presidente Emmanuel Macron. En Gran Bretaña, el doctor Richard Horton, editor en jefe de la revista científica The Lancet, ha publicado un libro sobre los errores de los gobiernos y del establecimiento científico de Europa en el manejo de la pandemia. Mientras, en Panamá hubo una falla conceptual importante en el manejo de la pandemia: fue concentrarse en la pandemia viral sin comprender que era un componente de un problema mayor, el de la sindemia [suma de dos o más epidemias], con la pandemia de enfermedades crónicas y la pandemia de desigualdad socioeconómica. No se comprendió que para enfrentar el problema de la pandemia viral era preciso ocuparse de las otras pandemias. Además, se adoptó una aproximación reduccionista de considerar la pandemia como un problema científico, que sería resuelto tomando decisiones basadas en evidencias. La decisión política de calificar esta crisis como una crisis puramente sanitaria y confiar la respuesta al Ministerio de Salud es cuestionable. Por su naturaleza intersectorial y su impacto general en las poblaciones y la sociedad, fue una crisis de protección civil. Había que proteger a la población panameña del virus y del hambre y de las dificultades socioeconómicas.
¿Cree que las medidas adoptadas al inicio de la pandemia fueron las necesarias?
Debo decir con toda honestidad que es muy fácil hacer un análisis cuatro meses después del inicio de la respuesta a la pandemia. Sobre todo, cuando se tenían que tomar decisiones en medio de una gran incertidumbre. Hay que reconocer que los que participaron en la toma de decisiones lo hicieron con los conocimientos existentes hace cuatro meses y con la mayor vocación de servir a los panameños. Las primeras decisiones fueron basadas en lo que sucedía en el norte de Italia, en España y en Francia, y se concentraron en las unidades de cuidados intensivos y en los hospitales. No se pensó en las comunidades y la pandemia se extendió, sobretodo en las más vulnerables socioeconómicamente. Además, se colocó a miles de panameños en aislamiento en sus hogares. Los panameños de los barrios pobres no tienen condiciones de aislamiento en sus hogares. Se favoreció la propagación del virus.
¿ Qué estrategias claves planteó el Consejo Consultivo de Salud?
El Consejo Consultivo de Salud ha propuesto hacer énfasis en las comunidades, nombrando 200 médicos generales para trabajar en la atención primaria y contratar a cinco mil jóvenes como promotores de salud para trabajar en los corregimientos más afectados.
Asimismo, aumentar el número de pruebas de diagnóstico para identificar los ciudadanos portadores del virus y aislarlos en hoteles o albergues; y continuar y aumentar los trabajos de trazabilidad que se iniciaron hace tres semanas.
El Consejo también ha hecho propuestas para garantizar la bioseguridad y el bienestar de los trabajadores de la salud. Yo, personalmente, estoy haciendo campaña para la apertura urgente de la Ciudad de la Salud para tener un hospital que pueda atender a los pacientes crónicos y a los pacientes con padecimientos agudos. Me permito decirle que tanto el Ministerio de Salud como la Caja del Seguro Social saben lo que hay que hacer, el problema es lograr que lo hagan.
¿Considera usted que comenzamos tarde la trazabilidad y el rastreo de contactos?
Sí, comenzamos tarde con el trabajo en las comunidades, porque la atención se centró en el seguimiento estadístico y en la preparación del sistema hospitalario. La Facultad de Medicina, en uno de sus comunicados, advirtió de que la dinámica tenía que enfocarse más en las comunidades. Debo decir, siendo justo, que la trazabilidad no es una tarea fácil. Hay dificultades tanto en Estados Unidos como en Gran Bretaña.
¿Por qué pasar cuarentena en un hotel-hospital es una opción y no obligatorio?
Tuvimos una conversación con el decano de Salud Pública de la Universidad de Singapur. Ellos aislaron los pacientes positivos desde el inicio de la pandemia, por la estructura multigeneracional de sus familias. En Panamá, los jóvenes también viven con sus padres y sus abuelos. Además, en Singapur se ponen multas si una persona habla en el transporte público. Las sociedades orientales tienen la experiencia del SARS-CoV-1 en 2003 y tienen una población con valores culturales particulares de ellos. No pudo ser obligatoria en Panamá, considerando las particularidades nuestras.
¿Qué información maneja el Consejo Consultivo de Salud sobre la falta de insumos y equipo de protección especial que denuncia el personal sanitario?
Hay una brecha entre lo que afirman las autoridades y lo que dicen los trabajadores de la salud. Yo le creo a los médicos residentes e internos cuando dicen que no tienen el equipo de protección personal. Desde marzo, la Facultad de Medicina dijo que los internos y los residentes no debían estar en la primera línea de respuesta en la pandemia, excepto si la situación se agravaba a su máxima expresión. En los hospitales de la Caja de Seguro Social, los internos y los residentes han estado solos atendiendo a los pacientes sin el debido equipo de protección personal. Además, mi posición ha sido clara: Yo no puedo aceptar la desaparición del principal hospital de tercer nivel del país y del hospital con el mayor número de programas de formación de médicos especialistas y subespecialistas, como un daño colateral de la pandemia.
¿Cómo reforzar el sistema sanitario con personal?
Hemos recomendado al Ministerio de Salud los siguientes pasos: nombrar primero a todos los médicos nacionales con idoneidad como médicos generales que quieran trabajar en el sistema. Yo les envíe una lista de 200 médicos generales del total de más de 400 que están en estas condiciones.
De igual modo, hacer un llamado a los médicos que practican medicina en los hospitales privados para que en una acción de solidaridad y altruismo dediquen un día a la semana a trabajar en los hospitales públicos. Eso lo hicieron en Nueva York. También se debe acelerar los trámites de nacionalización de médicos y estudiantes de medicina extranjeros que tienen años de vivir en Panamá. En última instancia, se podría considerar la contratación de médicos extranjeros en común acuerdo con las Sociedades Médicas de Especialistas y el Colegio Médico.
¿Cree que la medida de cuarentena los fines de semana ayudará a reducir la transmisión del virus?
Algunos dirán que estas medidas pueden describirse como muy poco, muy tarde. La Sociedad Panameña de Medicina Interna proponía una cuarentena total de dos semanas. Otros hablaban de la estrategia del martillo y del baile. Lo cierto es que la cuarentena lo que hace es evitar la evolución de una persona susceptible a una infectada reduciendo la exposición. La cuarentena para ser efectiva debe aplicarse simultáneamente con medidas de protección alimentaría y social de la población. La sociedad panameña no puede garantizar esa protección alimentaría. Así que lo que hay que hacer es trabajar duramente en las comunidades para disminuir la transmisión. Lo que estamos haciendo es aplicar con energía todas las medidas parciales que se puedan implementar. Ya no estamos en el escenario de hace cuatro meses, cuando no había esta transmisión comunitaria, que no existía fatiga de cuarentena y que no había el agotamiento de los profesionales de la salud.
Hay que comprender claramente que así como el virus en el sistema biológico puede producir falla multisistémica, en el sistema social puede producir un estado de falla que hay que evitar a toda costa.
¿Cómo lograr un equilibrio entre economía y salud para avanzar, y retomar la nueva normalidad?
En estos momentos, la tarea más urgente es lograr llegar a un estado de coexistencia con el virus debajo de un nivel crítico para reducir la mortalidad. En mi opinión, no podemos pensar en ir más allá del bloque 2 por el momento. Lo que se requiere es que la empresa privada se involucre más activamente en lograr el control de la pandemia de la enfermedad Covid-19 para permitir la reapertura económica. Cada gran empresa podría asumir la responsabilidad de ayudar a un corregimiento. Será difícil la recuperación económica sin el control de la pandemia.
Y debemos aprender de la pandemia que necesitamos un país con un mejor sistema de salud y con menos desigualdad socio-económica.

