Los sobrevivientes de los asesinatos de siete jóvenes cuyos cadáveres fueron hallados en un bunker del antiguo Fuerte Espinar en Colón identificaron al sospechoso detenido el pasado domingo por las autoridades como uno de los autores materiales de la masacre.
Fuentes del Ministerio Público confirmaron a este diario que, en efecto, gracias al testimonio de estas personas, e inclusive de los padres de algunas de las víctimas, la jueza de garantías Itzel Chu validó la aprehensión del sospechoso, así como la imputación formulada por la Fiscalía de Homicidios y Feminicidios de la provincia de Colón.
El sospechoso, cuya identidad no fue revelada a los medios de comunicación, es acusado de la presunta comisión de los delitos de homicidio, feminicidio, robo y privación de la libertad.
Según las fuentes consultadas por este diario, entre los elementos usados como evidencia por el fiscal Adolfo Pineda para imputar estos delitos al sospechoso figuran –además de la declaración de los sobrevivientes– los teléfonos celulares de varias de las víctimas, que fueron hallados en la residencia del imputado, en la comunidad de Achiote, Costa Abajo de Colón.
Al concluir la video-audiencia del caso, que se inició a las 3:00 p.m. y se prolongó hasta las 8:45 p.m., la jueza de garantías Itzel Chu mantuvo la detención del imputado y concedió a la fiscalía plazo de seis meses para concluir las investigaciones.
Por este caso, la fiscalía también está tras la pista de un segundo sospechoso, a quien se atribuye junto al detenido la autoría material de los siete homicidios.
Los crímenes fueron perpetrados el pasado viernes, luego de que un grupo de 13 jóvenes se dirigió al Lago Gatún a darse un baño.
Las víctimas, cuatro mujeres y tres hombres, eran residentes de la comunidad de Valle Verde, mientras que los seis sobrevivientes viven en Villas del Caribe (Puerto Escondido) .
Los cadáveres de los jóvenes, cuyas edades oscilaban entre 15 y 25 años de edad, fueron localizados al día siguiente.
Las autoridades sospechan que los jóvenes eran vigilados por criminales mientras se bañaban, ya que ese sector es utilizado para el tráfico de drogas.
Sin embargo, el móvil de los asesinatos no ha sido establecido todavía. Se sabe, empero, que el detenido conocía a algunas de sus víctimas pues había vivido en Valle Verde.
Violencia y desintegración familiar
La espiral de violencia que se vive en algunas regiones del país está directamente relacionada con la desintegración familiar, las pandillas y la pérdida de valores.
Así lo opina el criminólogo Marco Aurelio Álvarez, quien asegura que los que cometen crímenes como los de Colón son, generalmente, personas que de una u otra forma pueden estar ligadas a pandillas o quienes han perdido sus valores como individuos.
De acuerdo con su criterio, Panamá ha vivido en los últimos años una aceleración en la perpetración de crímenes violentos, que demuestran la carencia de valores humanos por parte de sus perpetradores.
