¿Un suicida es valiente, cobarde o solo no encuentra otra solución para su problema?
No le ve otra salida a su problema. La mayoría de las personas no se quiere morir, solo acabar con su problema.
Todos los suicidas coinciden en...
La desesperanza y el sufrimiento prolongado.
O sea, ¿nunca lo hacen la primera vez que lo piensan?
Nunca.
¿El suicidio es prevenible?
No es predecible, pero sí prevenible.
¿Se están registrando más suicidios o solo se están visibilizando más?
No hay estadísticas. Se habla de uno cada tres días y seis intentos por día, pero se cree que hay un subregistro.
¿Por qué lo intentan más mujeres, pero lo logran más hombres?
Ellos usan métodos más letales. Entre el machismo y que la sociedad no les permite tener espacios para comunicar sus emociones, no buscan ayuda.
¿Qué dice de nuestra sociedad el alto consumo de Tafil?
Que preferimos la solución rápida y fácil, que el proceso adecuado.
¿Por qué ningún seguro de salud cubre salud mental? ¿Ignorancia, costos, diagnóstico subjetivo?
No quieren cargar con esos gastos.
¿La sociedad genera suicidas o este es un tema genético?
Es la unión de muchos factores la que desata el riesgo. A veces puede ser genético, pero eso no lo es todo. Siempre es más complejo de lo que creemos.
¿Cuánto influye la sociedad?
Afecta en cómo respondemos al riesgo. Cuando es tabú no se busca ayuda...
¿Somos una sociedad cerrada o no?
Hablamos más, pero no estamos educados en el tema. Aún valoramos más la salud física que la mental.
Los mitos más comunes.
“Mejor no hablarlo”. “El que amenaza no lo hace”. “Es pura manipulación”. “Los medicamentos son malos”…
¿Estigmatizamos por ignorancia o por miedo?
Mayormente por miedo, pero también por ignorancia. Nos burlamos, rechazamos, encasillamos, usamos diagnósticos como “bipolar” para insultar… Como resultado, las personas no buscan ayuda, temen perder sus trabajos, se avergüenzan, se sienten culpables... Eso no los ayuda.
¿Cuáles son los principales factores de riesgo en nuestros jóvenes?
Mundialmente son los trastornos de salud mental, que son impulsivos, el uso de alcohol y drogas, y que no están pudiendo lidiar con sus frustraciones.
Y, ¿en los adultos?
Condiciones crónicas, sentirse atrapado, la desesperanza, problemas económicos… Y un gran riesgo a toda edad es la falta de acceso al tratamiento.
¿Qué ha disparado el aumento de la incidencia en jóvenes?
No lo sabemos, porque no tenemos estadísticas confiables…
¿No hay estadísticas suficientes o las que hay no son confiables?
Ni lo uno ni lo otro.
¿Cuánto incide el uso de sustancias?
Las personas que abusan de sustancias están dos veces más expuestas a pensarlo y tres veces a intentarlo. Y el 90% de las personas que muere por suicidio ha consumido algún tipo de droga o alcohol antes de hacerlo.
¿Cuánto influyen los videojuegos?
Pueden ser un factor de riesgo, porque hacen que las personas se desensibilicen sobre la muerte y la agresión.
Y, ¿la presión social?
Está comprobado que una persona que sufre de bullying sufre tanto como quien ha sido abusado sexualmente. El trauma puede ser del mismo tamaño.
¿Cuándo una broma se convierte en bullying?
Cuando el agresor tiene más poder que el agredido, lo hace reiteradamente y el agredido se siente como tal.
Y la homofobia, ¿cuánto influye?
Muchísimo. Por los ataques homofóbicos, los homosexuales están dos veces y medio más expuestos a ataques de pánico, autolesión y depresión.
Del otro lado, ¿quiénes pertenecen a las poblaciones con menos riesgo?
Las personas con familia y amigos pendientes, que pueden comunicarse y manejan las herramientas para lidiar con las frustraciones diarias: no rendirse a la primera, saberse capaces de solucionar problemas, saber que los problemas son temporales…
El Seguro Social advirtió del aumento del cutting, que es la autolesión en jóvenes. ¿Por qué se da esto?
Porque ponen sus sentimientos de manera concreta en su cuerpo. No saben regularlos de otra forma.
Entre más los medios de comunicación publican y detallan los suicidios, más casos se dan. ¿Qué sí y qué no deben hacer?
Sí, publicar en cada noticia dónde buscar ayuda y los factores de riesgo. No, publicar en la portada o en la contraportada los casos, sacar fotos, concluir motivos (cuando nunca los conocemos) o decir cómo fue la muerte.
Vamos a las redes. ¿Cuánto pueden afectar a una persona en riesgo?
Pueden ser la diferencia entre la vida y la muerte. Está en nuestras manos no multiplicar el efecto de contagio.
Y, ¿cómo entra la publicidad en esto?
Sin duda la presión de pertenecer y de ser como “x” o “y” empeora la situación. Y estar tan conectados a la red solo visibiliza estas diferencias.
Paciente suicida. ¿Psicólogo o psiquiatra? ¿Medicina o terapia?
Cada caso es distinto.
¿Cuánto daño hace ir donde un coach y no donde un especialista?
Mucho. Esas personas no tienen ni el entrenamiento básico y aumentan los riesgos de los pacientes. Basarse en su experiencia no sirve de nada. Las personas en riesgo necesitan especialistas entrenados en estos casos.
¿Sirven los libros de autoayuda?
Todo tiene su lugar. Las personas en riesgo necesitan tratamiento, no leer.
Conseguir una cita puede demorar semanas. ¿Tenemos muchas personas necesitadas de terapia o no hay suficientes especialistas?
A nivel privado sí se puede conseguir cita. Público, el tema es presupuesto. No hay suficientes especialistas. Y la atención, hay de todo en ambos lados.
¿Dónde deben ir quienes no pueden pagar atención y medicinas caras?
A los centros de salud, al Insam, a las policlínicas... Y las salas de urgencia públicas atienden esas urgencias.
Hablaba de presupuesto. ¿Están peor los enfermos o el sistema?
Digamos que el sistema necesita mucho tratamiento...
Por ley, los hospitales deben recibir a los suicidas, pero, ¿lo hacen?
Solo uno privado lo hace. Y públicos sí, pero no siempre te dejan hospitalizado cuando lo necesitas. Falta de camas, evaluaciones inadecuadas…
Y, ¿están adecuados esos hospitales para los pacientes psiquiátricos?
Estamos a años luz de dar un servicio digno. El hospital privado ofrece lugar para estar, pero hay que llevar hasta a las enfermeras... En el público falta personal, y al estar sobrecargados pierden la empatía y la paciencia.
¿Están los estamentos de seguridad preparados para hacer rescates?
Sí, el problema es que no actúan si no tienen una orden superior por miedo a que algo salga mal. Y en esos momentos hay que tomar decisiones rápido.
¿Por qué no tenemos una ley en la que el doctor decida hospitalizar al paciente aunque este no quiera?
No sé, pero deberíamos tenerla. Es la única manera de ayudar a quienes no se están pudiendo cuidar y están convencidos de que no lo necesitan.
¿Cuánto apoyo ha recibido de los gobiernos en los programas que ha hecho sobre el tema?
Solamente del gobierno pasado.
¿Por qué no se ha podido volver a implementar una línea caliente?
Por falta de presupuesto y porque aquí la usaban para hacer bromas.
¿Por qué el 911 no atiende casos de intento de suicidio?
Su norma dice que es para casos de riesgo inminente de muerte. Pero no se necesita que la persona esté peligrando físicamente de muerte para que necesite ser llevado de emergencia.
¿Qué frases deben usarse o no para hablar con una persona en riesgo?
No: “no digas eso”, “no pienses así”, “Dios castiga eso”, “no seas malagradecido”… Todo lo que juzgue y cierre el canal. Y sí: “¿cómo te puedo ayudar?”, “¿qué piensas?”, “busquemos ayuda”.
Si la respuesta es negativa, ¿hay que insistir o dejar a la persona?
Insistir hasta que busque ayuda.
Un amigo me pide guardar en secreto su problema, pero sé que está en peligro. ¿Le hago caso o no?
No, ni aunque te amenace de no hablarte más. Es preferible perder una amistad que a un amigo.
Tres maneras de promover salud mental desde la casa.
Educarnos, para comenzar. Abrir espacios para hablar del tema como algo natural. Y tener relaciones saludables.
Señales que no debemos ignorar.
Amenaza con lastimarse, sube el uso de sustancias, se aísla o descuida...
¿Debe preocupar cuando alguien dice a la ligera que se quiere morir?
No siempre preocuparnos, pero sí prestarle atención.
Respóndale a quienes piensan que el que se quiere suicidar no avisa.
Falso. Las personas sí dan señales de alerta, pero el miedo y los perjuicios hacen que no podamos verlos.