Ivonne Torres Atencio, directora del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá, recordó a la comunidad científica que no hay un tratamiento 100% eficaz para la enfermedad Covid-19, sino abordajes que tienen un efecto prometedor, como el remdesivir o dexametasona (corticoides), aunque para pacientes hospitalizados.
Añadió que la premisa de no hacer daño incluye no dar medicamentos que no son necesarios, y menos si carecen de evidencia sobre su eficacia y seguridad.
Torres Atencio sugirió a los médicos elaborar un estudio que arroje evidencia concreta sobre la hidroxicloroquina, ya que todo fármaco que ya es utilizado en el mercado, pero se le atribuye un uso fuera de etiquetado, debe ser sometido a la fase 3 de ensayo clínico.
La hidroxicloroquina volvió a generar debate luego de que el ministro de Salud, Luis Francisco Sucre, atribuyó el descenso de muertes en el país a su uso.
‘Uso de fármacos sin evidencia fiable es un riesgo’: Torres
En la última semana, el tratamiento farmacológico para pacientes leves y moderados con la enfermedad Covid-19 es un tema de discusión constante en la comunidad científica, ya que hay médicos que apoyan el uso de fármacos como la hidroxicloroquina, pero otros señalan que no hay evidencia robusta que garantice su seguridad y eficacia en los pacientes.
Un grupo de la comunidad científica indica que organismos regulatorios, como la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) y la Agencia Europea de Medicamentos, han suspendido del uso de la hidroxicloroquina y la cloroquina como parte del manejo de pacientes con la Covid-19, sobre todo porque los potenciales riesgos por su uso pueden sobrepasar los beneficios.
Además, la Organización Mundial de la Salud y Recovery, del Reino Unido, retiraron la hidroxicloroquina del brazo terapéutico dado el poco beneficio.
Mientras, el Ministerio de Salud (Minsa) autorizó su uso con prescripción médica desde el pasado 21 de julio, luego de su suspensión el 27 de mayo. Incluso, el ministro de Salud, Luis Francisco Sucre, atribuyó el cambio en la dinámica de las muertes luego de que se retomó el uso del polémico fármaco.
Ivonne Torres Atencio, directora del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá recordó, en una entrevista con La Prensa, que no hay un tratamiento 100% eficaz para la Covid-19. Lo que hay son abordajes que tiene un efecto prometedor, como el remdesivir o dexametasona (corticoides), pero para pacientes hospitalizados.
Añadió que es importante que en el país se se realice un estudio completo sobre el uso de la hidroxicloroquina para tener datos al respecto, ya que así se hace en otros países.
¿Qué lectura tiene del tratamiento farmacológico para los pacientes leves y moderados?
Desde que comenzó la pandemia, la estrategia ha estado enfocada en tratar que el virus no contagie (prevención), pero si contagia, que los síntomas sean manejados de acuerdo a la severidad, ya que ha sido un aprendizaje en tiempo real de la fisiopatología de la enfermedad, que cada día nos enseña algo nuevo. Lo que se sabe y ha funcionado en casos leves es tratamiento sintomático, es decir, descanso, buena alimentación e hidratación, y la vigilancia de la saturación de oxígeno. Y la premisa de no hacer daño, incluye no dar medicamentos que no son necesarios, y menos si carecen de evidencia sobre su eficacia y seguridad.
¿Por qué la evidencia científica sobre fármacos no es aceptada?
No comprendo que puede estar pasando por la mente de quienes siendo científicos, desconocen el riguroso camino de la evaluación de los medicamentos. Y esto no es un nuevo paradigma. El hecho de que tengamos agencias regulatorias nacionales y que estas sigan los protocolos de organismos y agencias internacionales habla claramente del proceso de armonización de la segunda industria más regulada en el mundo después de la aeroespacial, la industria farmacéutica, y esto se debe justo a los múltiples daños que en su momento causaron fármacos usados con apenas estudios o evaluados en modelos animales que no eran extrapolables, en errores de fabricación o en el uso de materia prima adulterada (recuérdese el caso del dietilenglicol).
¿Cuáles son los fármacos recetados para la enfermedad con carente evidencia científica?
Los fármacos que están prescribiendo y que organismos internacionales recalcan serios cuestionamientos son la hidroxicloroquina y la ivermectina. Del dióxido de cloro ni hablar, porque ni es fármaco ni está siendo prescrito por los médicos. Al menos en esto se encuentran de acuerdo.
¿Por qué la constante discusión sobre la hidroxicloroquina y otros fármacos?
Sinceramente, es algo que científicos sociales o de antropología podrían explicar mejor, porque desde mi punto de vista pragmático si un fármaco no tiene evidencia fiable proveniente de estudios clínicos robustos, es fútil su uso.
¿Considera que está prevaleciendo la ocurrencia sobre la evidencia, así como las recomendaciones en redes sociales?
La población tiene derecho a informarse y conocer qué medidas de prevención debe seguir en medio de esta pandemia, pero otro asunto es que el debate científico esté en el cuadrilátero de personas ajenas al ámbito científico; eso es preocupante. Y parece que esas ocurrencias generadas en ese debate permean mejor si atribuyen una reducción de cifras a una medida que no puedes comparar con nada, porque de la manera que se está dando la situación, no se permite analizar datos.
¿Cree que es importante que el país realice un estudio sobre la hidroxicloroquina?
Es necesario. De hecho, hace unas semanas la presidenta del Comité Nacional de Bioética de la Investigación comentaba sobre un estudio clínico sobre hidroxicloroquina que ha pasado por evaluación. Y es así como están haciendo en otras latitudes. Hay más de 180 estudios clínicos con respecto a este fármaco andando, y los primeros resultados muestran que no hay mayores beneficios, pero, por otro lado, preocupa que haya mayor incidencia de efectos adversos y desabastecimiento para patologías como el lupus eritematoso sistémico o la artritis reumatoidea, donde está aprobado su uso.
¿Cuáles son los fármacos con evidencia científica para la Covid-19?
Es aquí la parte que desilusiona a las personas, cuando te responden que no hay tratamiento 100% eficaz para la Covid-19. Lo que hay son abordajes que tienen un efecto prometedor, como el remdesivir o la dexametasona (corticoides), pero para pacientes hospitalizados. Asimismo, el plasma convaleciente, cuyo uso fue aprobado recientemente por a FDA.
¿Cómo es el manejo de un fármaco para nueva indicación no aprobada?
En el caso de un fármaco que ya es utilizado en el mercado, pero se le atribuye un uso fuera de etiquetado (Off-label), debe ser sometido a la fase 3 de ensayo clínico, que incluye a miles de pacientes, y este proceso es a través de estudios aleatorizados. Este proceso está claramente descrito en la normativa de las agencias regulatorias y desde la misma OMS. Que un modelo en células resulte en un efecto antiviral, no puede ser extrapolado directamente al uso en seres humanos.
¿Qué opinión tiene de que Panamá está entre los países de América Latina que promueve terapias cuya eficacia y seguridad es cuestionable?
Si observamos cómo se ha dado el manejo del tema salud de forma política en países como México, Brasil o Estados Unidos, es preocupante que Panamá tenga un tendencia similar y que las autoridades de salud promuevan el uso de medicamentos de escasa eficacia para Covid-19, más por datos observacionales que por data robusta; y que omitan la data robusta, llevándolo al terreno de concurso de popularidad, más que de eficacia y seguridad.
¿Cuál es su evaluación al manejo que ha dado el Gobierno a la pandemia?
Creo que, al igual que la mayoría de mis colegas, al inicio de la gestión de la pandemia observábamos con buenos ojos el manejo articulado de las diferentes instancias, coordinadas con el comité científico asesor. Pero el punto de inflexión fue la remoción de la ministra de Salud, Rosario Turner, y de pronto la percepción ya no fue la misma. Entre escándalos de corrupción, falta de insumos y equipos de protección para el personal de salud; pagos atrasados de quienes se encuentran librando la batalla contra la Covid-19 en primera línea; sin olvidar el componente social, deja un balance bastante negativo.
¿Qué lecciones está dejando esta pandemia al país ?
Que esperamos que la ciencia resuelva, con los pocos recursos que durante tanto tiempo se le ha destinado, a la brevedad que la situación necesita. En cuanto a la salud, las carencias de un sistema que durante años se ha enfocado en el tratamiento, descuidando la prevención y la inversión en programas enfocados a una vida saludable. Pero esto, desde luego, no puede ser de un gobierno o una sola institución; es un proyecto de Estado.
¿Cómo resume esta situación de la ciencia en una frase?
Como diría Isaac Asimov, escritor y profesor [de origen ruso] de bioquímica en la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston: “el aspecto más triste de la vida en este preciso momento es que la ciencia reúne el conocimiento más rápido de lo que la sociedad reúne la sabiduría”. Por eso, vemos tantas incongruencias, rayando el subrealismo.
