Uno de los deportes que combina la habilidad de un animal con la destreza de un humano es la equitación. Equino y jinete forman un binomio.
Partiendo del principio básico de que equitación es binomio (caballo + jinete en armonía y equilibrio), la convivencia entre ambos es vital para tener una buena presentación.
Equitación no es montarse sobre los lomos de un caballo en una playa o en el campo y recorrer un par de kilómetros. El deporte va más allá.
En la actividad ecuestre hay que tener en cuenta el estado de ánimo y el carácter de los caballos escogidos, tanto para entrenar como para competir en recorrido de pistas de salto.
Pero, ¿qué beneficio tiene practicar un deporte en el que además de las necesidades básicas como atleta, hay que estar pendiente del caballo?
Existen por lo menos 12 beneficios, tanto físicos como psicológicos, que obtienen las personas que se dedican a este deporte.
Según la Asociación Española de Equinoterapia, entre los beneficios está como principal el mejoramiento del equilibrio vertical y horizontal de quien se inicie en el deporte.
Ayuda al control y corrección de la postura del jinete. Para tener una posición elegante y que el equilibrio se mantenga, debe estar erguido. Algo que luego de muchas prácticas se hace costumbre, además de que evita lesiones y dolores de espalda.
El caballo ayuda a que el jinete tenga una mejor circulación sanguínea. Suena extraño, pero al tener el equino una temperatura mayor a la del ser humano, favorece al sistema circulatorio.
Como si fuera poco, la interacción con un caballo como deporte disminuye la espasticidad (músculos contraídos), provocando menos calambres.
Otro de los puntos que favorece la equitación es que activa y pone en alerta la coordinación motriz, fina y gruesa, ya que deben trabajar al máximo con los reflejos ante un posible cambio en el caballo.
Uno de los últimos beneficios físicos es que se mejora la percepción de lateralidad, gracias al equilibrio.
PSICOLOGÍA
La parte física no lo es todo en la equitación. El llamado binomio también tiene sus repercusiones en la parte afectiva de quien practique el deporte.
Según la misma asociación, la convivencia con el caballo favorece la confianza, el autocontrol de las emociones y la autoestima.
Para muchos, el hecho de que el animal no distinga entre sexo, raza, religión o si una persona tiene alguna discapacidad es un gran aliento.
Otro beneficio para quienes practican equitación es una mejora en la concentración para poner atención a las órdenes, actividades, conversaciones, clases escolares y demás.
Además, que el jinete tenga el control sobre el caballo inculca el sentimiento de respeto y responsabilidad, al saber que debe velar por el bienestar de su animal.
También se les crea el hábito de la limpieza.
A los caballos hay que bañarlos, cepillarlos y darles cariño. Algunas amazonas hasta moño les hacen para sentirse más en confianza con el animal.
PRECAUCIONES
Si bien es cierto que la equitación tiene muchos beneficios para quienes decidan practicarla, jinetes y amazonas deben tomar ciertas medidas de precaución.
Vale recordar que la equitación no es como salir a dar a un paseo. Es una actividad que conlleva riesgos si las cosas no se hacen bien.
Lo primero que debe hacer una persona interesada es tomar clases con un experto.
En Panamá hay varios clubes de equitación que se dedican tanto a competencias como a trabajar con personas que quieren aprender este deporte.
En la equitación está prohibido la improvisación por motivos de seguridad de todos los involucrados.
A pesar de ser un deporte de baja intensidad (cuando se está aprendiendo), todos deben hacer movimientos cortos de estiramiento y trote antes de montarse en el sillín.
No debe practicar el deporte si se sufre de lumbalgia crónica o malformación vertebral.
Igualmente, no se recomienda a personas alérgicas a los animales o mujeres embarazadas.

