TRANSPORTE COLECTIVO

El viaje que cambió la vida de Lidia Atencio

El viaje que cambió la vida de Lidia Atencio
Sobreviviente. Atencio se ha sometido a más de 10 cirugías, y sigue luchando por un mejor futuro. LA PRENSA/Luis García

El 23 de octubre de 2006 ocurrió un hecho trágico que impactó y cambió la vida de Lidia Esther Atencio, que laboraba como enfermera en la sala de Cuidados Intensivos del Hospital del Niño.

Ella es una sobreviviente del incendio del autobús 8B-06 de la ruta Mano de Piedra-Corredor Norte, el cual se incendió a la altura del templo evangélico Hossana, en la avenida Martín Sosa.

Fue un suceso sin precedentes en el país que cobró la vida de 18 personas, calcinadas al no poder abandonar el vehículo, y dejó 25 personas heridas.

La enfermera, que ahora trabaja en la biblioteca del centro hospitalario, relató lo triste que se pone cuando llega el mes de septiembre, y la alegría que la embarga cuando alcanza una de las metas que se ha propuesto, por muy simple que esta parezca.

¿Cómo ha sido la vida de Lidia Atencio en estos últimos seis años?

Todos los días doy gracias a Dios por lo que me da. Por tener a mis hijos, a mi esposo, mi trabajo, a mis compañeras. Pero no puedo negar que tengo mis caídas de ánimo.

¿Qué le incómoda?

Lo más molestoso son las cicatrices, ya que se me hacen queloides (lesiones de la piel formadas por crecimiento exagerado del tejido cicatricial en el sitio de una lesión cutánea). Me cambia todo, aparte de que la piel me puya y pica.

Hace un mes, en una de las cicatrices que tengo en el rostro [en el área de la quijada] se me formó un absceso en esa área. En ese momento todo se complicó, y casi termino contrayendo una neumonía, ya que me resfrié, porque mi sistema inmunológico no es igual al de una persona sana.

¿ Cuántas operaciones le han practicado desde el accidente?

¡Uff!(...) creó que me han hecho como 10 cirugías, contando las realizadas en Panamá y Estados Unidos.

Tres años después de regresar al trabajo , ¿cómo enfrentó ese reto?

Este año me siento feliz, porque he aprendido a hacer cosas diferentes. Ahora aprendí a hacer vinchas, con las mamás, y el punto español. Cuando eres enfermera, estudias, solo ves el lado de salvar vidas y estás en constante estrés. Pero también está el otro lado, que es más tranquilo e igual de importante. Para mí no era fácil entenderlo.

¿Ahora es más fácil?

Estoy mejor. Antes, decía que no era lo mismo. Sentía que había acción, todo era muy pasivo. Pero la vida me enseñó que uno no es enfermera nada más para inyectar, sino también para hacer docencia. La docencia es eso, que pueda orientar a las mamás y cambiar su estilo de vida. A toda madre que viene con una dolencia le puedo explicar cómo brindarle a su hijo una mejor atención.

Son cosas sencillas, sencillas, pero de repente uno dice: ¡verdad, jo uno es útil en la vida!, porque [las personas que atiendes] te hacen sentir que de verdad uno es útil. También estoy contenta porque terminé mi postgrado y mi maestría.

¿Dos carreras? Se puede decir que es un gran logro.

Sí, eso fue entre 2010 y 2011, pero esa alegría se me empaña cuando llega el mes de septiembre.

¿Por qué?

A partir del mes de septiembre retrocedo el casete, y pierdo el apetito. Este año hasta rebajé. Para mí es repetir y repetir lo vivido.

Este año me pasó lo que no me había sucedido antes. Me acosté y terminé soñando con escenas que no había soñado nunca.

En mi sueño no había llamas, pero escuchaba gritos. La psiquiatra que me atiende dice que eso es normal, porque cada año que pasa estoy más susceptible.

Por el solo hecho de hablar del tema, uno se desahoga. Es algo que uno no puede evitar, no se puede borrar.

En 2009 tuve una crisis emocional. Me dio depresión, no quería comer, e incluso se me cayó el cabello.

Muchos consideran que fueron víctimas de un mal sistema del transporte, ¿cree que hay cambios?

Hay cambios en el sistema, aunque son lentos; las cosas no pueden ser de ya para ya, pero hay tratar que los cambios se den de una forma productiva y traigan beneficios para los usuarios.

¿Ha vuelto a viajar en autobús?.

¡Por supuesto! He aprendido a subir en esos autobuses, antes no lo toleraba.

No me subo feliz de la vida, pero aprendí a hacerlo, porque es una forma de no estar limitada.

Claro, me da miedo, pero subo, aunque no me siento relajada. Quiero que llegue rápido.

También aprendí a manejar, pero todavía no me atrevo a conducir en la ciudad.

En el Metro Bus me subí una vez, pero no me sentí bien; y es que no tolero, 100% estar encerrada. Si voy en un elevador, quiero que se abra rápido.

Hoy los familiares recordarán a las víctimas, y los sobrevivientes elevarán una plegaria de agradecimiento a Dios, al igual que lo hace Atencio, por darle la oportunidad de seguir viviendo.

Aquel día, Atencio le pidió a Dios que le mandara un ángel que la sacara del autobús en llamas, porque a pesar de estar consciente de que debía salir, no lograba levantarse del puesto que ocupaba al final de vehículo.

Este 23 de octubre dará las gracias, porque aprendió que si cae, se puede levantar. Porque viajar en un autobús, así como otras situaciones que le toca enfrentar cada día, son retos que asume paso a paso.

DATOS DEL PERSONAJE

nombre.

Lidia Esther Atencio

 

EDAD

46 años

PROFESIÓN

Enfermera, graduada en la Universidad de Panamá. Labora en el Hospital del Niño.

HIJOS

Dos: Jesús y Olga

LAS MÁS LEÍDAS

  • Ministerio Público investiga presunta corrupción en el otorgamiento de trabajo comunitario a La Parce. Leer más
  • Días feriados y fiestas nacionales en Panamá 2026: Calendario detallado. Leer más
  • Detienen a sujetos vinculados al Tren de Aragua y desactivan minas. Leer más
  • Gobierno contrata a multinacional estadounidense para diseñar el quinto puente sobre el Canal. Leer más
  • Cuarto Puente sobre el Canal de Panamá: así será el Intercambiador del Este en Albrook. Leer más
  • Denuncia ante el Ministerio Público frena contrato millonario de piscinas que firmó la Alcaldía de Panamá. Leer más
  • Grupo Cibest acuerda vender Banistmo en Panamá a Inversiones Cuscatlán. Leer más