¿Qué es el amero? Es un proyecto monetario muy interesante que ha generado una velada y casi clandestina controversia. Empero, tiene un esperanzador elemento de futuro que no es nada disparatado. Circula por la web un video preparado por Hal Turner, un antiguo comentarista radial de mucha audiencia que fue cesanteado, probablemente por sus ideas extremistas e incendiarias. Algunas de sus afirmaciones sirven para destacar los aspectos más deplorables de la crisis financiera y para aclarar ciertas ideas que suelen ignorar los norteamericanos.
En su video, Turner maneja teorías conspirativas con el método del periodismo sensacionalista, aduciendo revelar “secretos” recién “descubiertos”. Presenta el amero como una especie de moneda clandestina (hasta ahora) que los intereses ocultos de EU están acuñando para reemplazar a un dólar devaluado en febrero de 2009. Turner asegura que EU, Canadá y México conspiran a alto nivel para barrer de un solo escobazo sus respectivas monedas cuando su valor se aproxime a cero, debido al actual derrumbe financiero.
Es algo descabellado, pero con ciertas bases que deben tomarse en serio. Entre otras, es muy cierto que la deuda externa de EU llegó a un nivel tan hipertrofiado que prácticamente absorbe toda la capacidad de los ahorristas del resto del mundo para satisfacerla. Los más de 900 mil millones de dólares que en estos momentos se asignan al rescate financiero más enorme de la historia, suman otros tantos centenares de miles de millones a esa deuda abrumadora. Por lo tanto, la enorme infusión monetaria al sistema, además de la obligada baja en las tasas de interés, sólo pueden tener como resultado el desplome del valor intrínseco del dólar durante los próximos seis meses. Aquí entra en juego el amero, para los que propagan esta sensacionalista conspiración.
El dólar se desploma. EU denuncia su deuda. Los ahorristas pierden su dinero. Y el amero surge como paliativo para empezar de nuevo. En un mundo más real, esa moneda sería una interesante opción para un mercado común (EU, Canadá y México), cuyo éxito permitiera la ulterior unión monetaria. En otras palabras, el mismo proceso que siguió el euro en la UE. El amero se propuso por primera vez en 1999 por el economista canadiense Herbert G. Grubel. Era una época de bonanza y de relativa paz, donde el tratado de libre comercio entre los tres países parecía encaminarse al establecimiento de un legítimo mercado común. Una Unión norteamericana como paradigma del triunfo del libre comercio. Esta sería la meta de una política de buena vecindad y confianza para el desarrollo y bienestar de los tres países, quizás de una magnitud aun mayor que la alcanzada por la UE desde que estableció el mercado común y posteriormente el euro.
