París. -Tras su reelección en 2002, el presidente francés, Jacques Chirac, anunció que iba a ocuparse especialmente del convulso continente africano, si bien Francia no debía volver a desempeñar el papel de gendarme en sus antiguas colonias.
Con la liquidación de la deuda y la implicación política, Chirac pretendía fomentar el desarrollo y la paz. Las operaciones militares debían tener lugar por encargo de la ONU o estar acordadas con los socios de la Unión Europea (UE). Pero al llegar al final de su mandato, Chirac se ha vuelto a poner el uniforme de gendarme de Africa.
En la República Centroafricana, tropas de infantería francesas combaten actualmente junto a las fuerzas gubernamentales contra los rebeldes. Están apoyadas por aviones de combate, estacionados permanentemente en Chad. También allí se producen combates con los rebeldes. En abril, los franceses ayudaron incluso al presidente del país, Idriss Deby, a frustrar un ataque rebelde contra la capital.
En noviembre, Francia aumentó hasta los mil 200 efectivos sus tropas en Chad. Disponen helicópteros, aviones de combate Mirage F1, así como de aviones radares, cisterna y de transporte.
Los efectivos francesas en la República Centroafricana aumentaron de 200 a 300 efectivos. Instruyen a tropas regulares, llevan a cabo exploraciones, llevan por aire a tropas del gobierno hasta regiones de combate y llegan a intervenir directamente en los combates. Un Mirage se estrelló el miércoles, posiblemente por accidente.
En Africa Central se cuece algo, y Francia está en medio. "La estabilidad en toda la región, incluidos Chad y la República Centroafricana, están en juego", dijo de forma anónima un representante gubernamental al periódico Le Figaro.
Con su intervención, Francia está sirviendo a una acción internacional en Darfur, indicó. Los rebeldes en Chad y la República Centroafricana son abastecidos supuestamente a través de la región del este de Sudán. Según el punto de vista francés, Sudán -un nuevo país petrolero apoyado por China- trata de distraer la atención del sangriento conflicto en Darfur con la desestabilización de los países vecinos.
Lo que está seguro es que los crueles ataques contra la población civil ocurren a los dos lados de la frontera. No obstante es muy difícil obtener informaciones independientes de la región.
El primer ministro francés, Dominique de Villepin, viajó hace pocos días a Chad para reforzar el "compromiso francés" con el país. Pero en Francia, el gobierno calla. Es una "guerra muda", se queja el periódico Le Monde. "Mientras resurge el debate sobre el papel de Francia antes y durante el genocidio contra los tutsi a principios de los años 90 en Ruanda, mientras empeora la situación en Costa de Marfil, mientras la guerra se extiende en Africa Central, los gobernantes deben decir a los franceses en qué guerras están sus soldados y por qué".
La guerra en Francia es cosa del jefe. En la Asamblea Nacional, los despliegues militares en Africa no juegan papel alguno. Francia tiene más de 11.000 efectivos estacionados desde Yibuti hasta Senegal. Sólo 3.500 (sin contar las tropas de la ONU) están en Costa de Marfil, donde hace dos años miles de franceses tuvieron que ser salvados de una turba enfurecida y sacados del país en avión.
Así pues, Chirac vuelve a vestir uniforme de gendarme, pero al parecer no le gusta mucho llevarlo. Así, no ha cumplido con la petición de Deby de llevar a cabo un despliegue más duro en Chad. En vez de ello, París está urgiendo a la formación de una tropa de la ONU en la frontera entre Chad y Sudán.