El Stockholm International Peace Research Institute publicó un informe anual (SIPRI Yearbook 2007www.sipri.org) donde se detalla notables y preocupantes compras de armamento por parte de Hugo Chávez.
El incremento de la capacidad militar de un gobierno totalitario sin límites institucionales, con una democracia prostituida, es una fuente de preocupación para toda la región.
Según el informe, Chávez adquirió radares a China, helicópteros a Alemania, equipamiento para aviones F -16 a Israel, sistemas antimisiles navales y aviones de entrenamiento a Italia, 33 helicópteros a Rusia (entre ellos 10 Mi 24, de combate), misiles aire-aire a Rusia, barcos a Corea del Sur a los que hay que sumar nueve submarinos rusos y los 100 mil fusiles automáticos Kaláshnikov AK-103.
Sin embargo, los más de 10 mil millones de dólares gastados en armamentos esconden el verdadero nombre del arma de destrucción masiva que posee el gobierno de Chávez.
El socialismo del siglo XXI es un arma de destrucción masiva. La historia así lo demuestra. En el siglo XX bajo los regímenes socialistas murieron al menos 60 millones de personas por motivos de represión político-ideológica. La China de Mao (40 millones), el régimen de Stalin (20 millones) y el régimen de Pol Pot (1.65 millón). Cabe señalar que muchos grupos setentistas locales se inspiraban en la Unión Soviética, en el maoísmo y en el camboyismo como modelos a imponer en América Latina.
En aquel entonces, Stalin asesinó al 10% de su población, en tanto que Pol Pot liquidó al 20% de los camboyanos. Todo en nombre de la revolución socialista. La misma que promueve Hugo Chávez y con la que coquetean irresponsables grupos vernáculos.
El listado es necesariamente incompleto. Resulta inútil y doloroso repasar todas las víctimas de los dictadores socialistas. El dato más revelador es que esta ideología de la envidia y el resentimiento en el siglo XX provocó una cantidad aún mayor de víctimas que todas las catástrofes naturales juntas. Todos los terremotos, tsunamis, huracanes y ciclones fueron más benévolos que los Stalin, Mao, Pol Pot, Castro y demás dictadores del socialismo.
Chávez consagra el socialismo del siglo XXI mediante el proyecto de reforma constitucional y los lineamientos de gobierno llamados "los cinco motores".
Muchos políticos y autodenominados intelectuales de América Latina minimizan el riesgo que implica el gobierno de Chávez debido a los supuestos "avances en salud y educación". Históricamente lo mismo se dijo de Mao, Stalin, Hitler, Mussolini y Castro. Los intelectuales suelen ser condescendientes con los dictadores.
En América Latina, Hugo Chávez y Fidel Castro tienen entre sus seguidores a cantantes, escritores y periodistas que, a coro, pontifican los avances en la salud y en la educación de Cuba y Venezuela. Paradójicamente, jamás se atenderían ni encomendarían la instrucción de sus hijos a esos países.
Chávez está poniendo en riesgo a su propia gente y a la región. La compra de armas, el clima hostil, las restricciones a la prensa y a la oposición, los fraudes electorales, y la imposición del socialismo (auténtica arma de destrucción masiva) implica un riesgo letal para las democracias de América Latina.
Venezuela puede darse el lujo de jugar al pichón de Castro o Stalin, pues el precio del petróleo (a US 70 el barril) permite financiar cualquier dislate. El resto de América Latina, no tiene petróleo, tiene pocos recursos y los voceros del chavismo pueden hacer un daño aún mayor.
Mercosur debe solicitar formalmente explicaciones sobre los propósitos armamentistas de Chávez. Deberá a su vez reconsiderar si Venezuela cumple con la cláusula democrática. Si el gobierno de Chávez no respeta las formas republicanas y democráticas deberá ser expulsado del acuerdo regional.