Fueron sus padres José María Amador y Mercedes Guerrero —ya les dijimos en donde había nacido—.
Una vez graduado se traslada al puerto panameño de Colón, en donde abrió su primer consultorio. Corría el año de 1854, la construcción del ferrocarril Colón-Panamá estaba en su apogeo, en ello trabajaban miles de obreros, las enfermedades y accidentes de toda índole abundaban y se necesitaban infinidad de galenos.
Amador Guerrero fue entonces llamado por el superintendente de la compañía constructora de la vía férrea para que se incorporase a ella en su calidad de médico. En el campamento conocido como la colina o cerro del mono o Monkey Hill ejerció sus funciones.
Terminadas las obras del tren o de la vía férrea mejor, regresó a Colón en donde fungió como ¡administrador de los correos!
De allí Amador, se trasladó al interior de este país y más precisamente a Santiago de Veraguas, en donde abrió un consultorio. Con su hermano Juan de Dios, estableció una empresa de exportaciones de productos nacionales, pero estaba ya muy cerca de las actividades políticas criollas y más precisamente, las relacionadas con las conservadoras, cuyas ideas lo atraían.
Pronto pues, fue miembro del Consejo Municipal y algo más tarde — ya estamos en los años de 1858 a 1859— fue elegido representante a la Cámara con sede en Bogotá. Ya también había sido prefecto del estado veragüense.
Comenzaban para entonces las revueltas y asonadas entre los eternos liberales y conservadores y el Dr. Amador Guerrero incursionó en ellas. Llegó a ser presidente del estado de Veraguas, puesto al cual se le obligó a renunciar para dar paso al general Buenaventura Correoso, mientras que los clásicos y aburridos líos ocasionados por los políticos, continuaban.
En una batalla, la del Hatillo, allá en Veraguas perdió el Dr. Amador Guerrero a un hermano.
Don Ismael Ortega, autor de una biografía de nuestro personaje de hoy y publicada en el año de 1937, nos refiere que en la citada batalla el Dr. Amador perdió sus anteojos, un campesino amigo suyo lo retiró de aquel campo cundido de peligros. El Dr. Amador quiso entonces emigrar a Costa Rica pero fue exiliado a Cartagena.
En 1869, regresó a la capital en donde fundó una farmacia situada en la Avenida B y en la cual también practicaba su profesión de la medicina.
Trabajó después durante 29 años en el segundo Hospital que con el nombre de Santo Tomás había sido construido en lo que hoy casualmente se conoce como Plaza de Amador antes de ser trasladado a su lugar actual en la Avenida Balboa el que construyó e inauguró con posterioridad, Belisario Porras.
Amador con tiempo para todo volvió a ser elegido concejal esta vez capitalino, de nuevo diputado, y en el mes de enero del año de 1872, se casa con María de la Ossa con la cual tuvo como hijos a Raúl médico también y a Elmira, más tarde “de Ehrman”.
Todavía nos quedaría faltando el referirnos a la participación que Amador Guerrero tuvo en relación con la Separación de Panamá de Colombia y de cómo llegó a ocupar el principal cargo de la recién nacida nación.
Por ser asunto bastante conocido y porque nos faltaría el espacio, suspendemos aquí nuestro escueto relato de una primera etapa de la historia de su vida. El Dr. Manuel Amador Guerrero falleció el 2 de mayo de 1909 en la ciudad capital de esta nueva República.

