Ileana Pérez Burgos iperez@prensa.com París es una ciudad coqueta, dispuesta para ser admirada. Pero ¿por dónde comenzar? Por el camino fluvial que provocó la fundación de esta espectacular ciudad. Hagamos un recorrido, a pie, por la ribera del Sena, para descubrir los grandes tesoros de París.
Torre Eiffel
Nuestro punto de partida será la Torre Eiffel, construida para la Exposición Universal de 1889. Tome el metro hasta la estación de Trocadero. Descienda las escalinatas hasta las fuentes, cruce la avenida de New York y el puente de Lena. Frente a usted estará la Torre Eiffel. Le recomendamos subir en otra ocasión, pues la fila puede ser larga, pero colóquese bajo la torre y admire el hermoso trabajo de su estructura de fierro. A partir de aquí, caminará en la ribera derecha (sur) del Sena, sobre Quai D'Orsay (calle) en dirección este.
Puente de l' Alma
Encontrará a su izquierda el Puente del Alma, bajo el cual (en la calle paralela al río) perdió la vida la princesa Diana de Gales en un accidente. Si este es un punto de interés para usted, puede cruzar el puente para ver la antorcha dorada alrededor de la cual se colocan ofrendas florales y mensajes a la desaparecida princesa inglesa. Regrese a la orilla derecha del Sena.
Les Invalides
Llegará al puente de Alexandre III. Es inconfundible por sus figuras doradas y arquitectura majestuosa. Frente a él, a su lado derecho, verá Los Inválidos, el hospital para soldados fundado por Luis XIV, que aún funciona y además alberga el Museo de Armas y la tumba de Napoleón (en su capilla de cúpula dorada).
Del otro lado del Sena se encuentra el Grand Palais y el Museo del Petit Palais. Puede cruzar el puente o admirarlos de lejos.
Siga el Sena hasta el siguiente puente, Pont de la Concorde, y cruce a la otra orilla (izquierda o norte).
Plaza de la Concordia
Desde esta orilla, tendrá una vista más cercana de la Plaza de la Concordia, donde se encuentra el obelisco que regaló Egipto a París en 1829, y que procede del templo de Luxor. Detrás de la plaza encontrará el Jardín de Tuileires.
El Louvre
Puede alejarse un momento del río, para entrar al jardín y caminar dentro de él hasta la fachada del museo de Louvre, el más grande del mundo, que fuera el palacio real de los monarcas franceses. En este punto, encontrará una imitación del arco romano de Septimio Severo, llamado Arco del Triunfo del Carrusel. Sobre él, Napoleón hizo colocar los caballos dorados que había tomado de la Basílica de San Marcos de Venecia.
Frente al palacio apreciará la moderna pirámide de cristal del arquitecto Leoh Ming Pei.
Ahora vuelva al Sena, que estará a su derecha, cruzando el puente Royal.
Museo D'Orsay
Ahora estará frente a otro hermoso museo, el D'Orsay. El edificio era una antigua estación de tren de 1900, que estuvo a punto de ser demolida, hasta que se convirtió en 1986 en el hogar de las obras de arte de 1848 a 1914 (que incluye a los impresionistas). Continúe caminando por el Quai Voltaire (calle).
Bellos puentes
A su izquierda descubrirá un puente exclusivo para peatones, Pont des Arts. Aquí puede detenerse a hacer un pequeño picnic mientras admira el tráfico de botes sobre el Sena, con el Louvre de fondo. Siga el Sena hasta el Pont Neuf, que marca el inicio de la Ile de la cité (una de las dos islas del Sena). Puede descender las escaleras del puente hasta la puntita de la isla para disfrutar de la vista.
La Conciergerie
Ahora camine hacia la otra orilla (lado izquierdo de la isla), pero no cruce, siga bordeándola. Pasará junto a la Conciergerie, que era la zona sometida a la autoridad del conserje (gobernador de la casa del rey), pero que luego, en el siglo XIV, se convirtió en la prisión que servía de antesala a la guillotina. Por este calabozo pasó la reina María Antonieta.
Frente a usted, al otro lado del Sena, verá el Hotel de Ville (alcaldía de la ciudad) de hermosa arquitectura. Siga caminando, sin dejar la isla de la Cité, y llegará a la torre de Cuasimodo, el jorobado.
Notre Dame de París
La catedral de Notre Dame es parada forzosa de este recorrido. Se considera una de las obras cumbres del arte francés y se puede decir que hace dos mil años que se reza en este sitio, pues antes fue templo galorromano, basílica cristiana e iglesia románica. Su construcción comenzó en 1163 y se terminó en 1345. Si desea ver las gárgolas de cerca puede tomar el tour hasta las torres de la iglesia.
Fuera de la iglesia encontrará una plazoleta llena de gente y vendedores de souvenirs. Vuelva a la ribera derecha (sur) del Sena. Si desciende por las escalinatas del puente Double encontrará, con un suerte, una hilera de caricaturistas y una vista divina del costado y parte posterior de la catedral.
Otra alternativa es cruzar, por la parte de atrás de la catedral, de la isla de la Cité a la isla de St. Louis. Aquí no hay mucho atractivo turístico, pero existe un café con un chocolate caliente delicioso, igual que la vista del río.
Ahora, cruce el Pont au Double y, luego la Quai de Montebello (calle), para quedar sumergido en el barrio latino o Saint Michel.
Saint Michel
Este es el punto final del recorrido y es como terminar con una gran fiesta gracias al espíritu animoso del barrio. Se le considera el barrio de los estudiantes, pues aquí se encuentra La Sorbonne, y se le llama "latino" porque en principio las clases se daban en latín. Pero sí, tiene sabor latino, o más bien internacional. Es el lugar ideal para comer emparedados griegos, helados italianos, platillos chinos, o una tartaleta francesa.
