Aún con el telón cerrado, el sonido de carros y un bullicio metropolitano nos advertía que se trataba de una función moderna.
Por buena fuente nos enteramos que Urlezaga, de 27 años de edad, prefiere experimentar con nuevas fusiones.
"Lo clásico ya está hecho, no se puede hacer más, excepto mejorarlo. Pero cuando se quiere crear algo nuevo uno se ve obligado a usar estilos como el contemporáneo, neoclásico u otro tipo de danza que aunque distinta, sigue siendo danza igual", dijo en una entrevista con los medios de comunicación el lunes en la tarde.
El bastidor se abrió para revelar a Urlezaga de gabardina en compañía de su ballet.
De estilo neoclásico, este número llamado Destino Buenos Aires, recreó el trayecto concurrido de las calles porteñas.
Musicalizado con canciones de Astor Piazzola, Matos Rodríguez y Carlos Gardel, entre otros grandes, el acto mezcló una serie de pasos que evocan el sentir pasional del Buenos Aires de antaño.
Ataviada con ropas más ligeras, la compañía mostró una faceta más interesante de sí misma.
Los pasos elegidos por las directoras Esmeralda Agoglia y Lilián Giovine, eran evidentemente neoclásicos, con una refinada base de tango.
Destino Buenos Aires estuvo compuesta de siete coreografías ("El regreso", "De milongas y mujeres", "Muchachos de barrio", "Ciudad de locos corazones", "Amor en primavera", "Tango que me hiciste mal y sin embargo..." y "Desengaño") donde convergía la sensualidad y la pasión de sus personajes.

