Gina reside en un establo de la cooperativa rural Moshav Guivat Yoav, del desierto meridional del Néguev, y con esa cantidad de leche duplicó en el 2003 el promedio de las vacas israelíes.
Tales datos los proporcionó el director de la sección Animales Mamíferos del Ministerio de Agricultura israelí, Israel Flamenbaum, quien atribuyó el alto rendimiento de las vacas israelíes, de origen europeo, a un constante mejoramiento genético y a un ciclo continuo de inseminación y parto que lleva alrededor de 13 meses.
Las vacas lecheras gozan de unas "vacaciones" de 100 días entre que son inseminadas y el período de parto. Israel es uno de los pocos países del mundo en los cuales todas las vacas, 110 mil, nacieron por inseminación.
El récord mundial de todos los tiempos lo consiguió Lucy, que en 1998 dio más de 33 mil litros en una granja en Estados Unidos.
Otro de los factores que en los últimos años han favorecido el aumento de la producción lechera se debe al alimento. Las vacas israelíes, a diferencia de otras, carecen de espacios para pastar y permanecen durante toda su vida en establos.
Flamenblum dijo que en lugar del pasto que pueden comer en las praderas abiertas como las de Nueva Zelanda -el país ideal por su clima para criar el ganado vacuno- las israelíes se alimentan con un "menú de ensaladas y potajes" que contribuyen a su producción.
