Él mismo se sorprende de la crudeza de su propia película. Autor del clásico del cine argentino Un oso rojo, Adrián Caetano estrenó en Miami el policial negro El otro hermano.
Basada en una novela de Carlos Busqued (Bajo este sol tremendo), la cinta cuenta la historia del empleado público desempleado Cetarti (Daniel Hendler), que va a cobrar un seguro a un pequeño pueblo del norte de Argentina. Allí conoce al turbio Duarte (Leonardo Sbaraglia), un delincuente y gran charlatán que poco a poco atraerá a Cetarti a su universo: secuestro, robo, violación y muerte.
Al principio hay lugar para un humor basado en el absurdo, pero pronto la cinta se sume en la sordidez y expone al espectador a toda su crudeza, con primeros planos a lo Tarantino. La gráfica escena de una violación impulsó a algunas personas del público a salir de la sala del Festival de Cine de Miami donde se estrenó mundialmente el filme.
“Hay una cosa postapocalíptica en la película donde todo el mundo depende del Estado, ya sea para hacer su negocio o para cobrar su seguro; donde pareciera ser que lo oficial es la delincuencia”, dice Caetano. “Nadie cuestiona a nadie por los actos que llevan a cabo. Hay un mundo muy podrido del que nadie se sorprende”. Pero Caetano sí se sorprende. Hizo la película por encargo y mantuvo el tono ya desolador de la novela original.
En sus filmes, como Un oso rojo (2002) y Crónica de una fuga (2006), por ejemplo, la sordidez tenía redención. “Me gustaba plantear universos crueles donde había un héroe que, a través de la salvación personal o del sacrificio, lograba que ese mundo fuera menos doloroso. En cambio acá hay un mundo doloroso y muy cruel”, cuenta Caetano. “Al final hay un acto de justicia pero no termina de satisfacer al espectador. Creo que es la película más cruel que hice”.

