Un fragmento de ataúd con las iniciales “M.C.” en el interior de un nicho lleno de huesos ha disparado las expectativas. ¿Podría ser el cuerpo de Miguel de Cervantes?
El equipo que busca los restos del escritor español más universal de la historia pidió prudencia. “Estamos emocionados, pero al mismo tiempo nos queda seguir mirando”, dijo el antropólogo forense Francisco Etxeberria, quien supervisa los trabajos. “El ataúd son fragmentos de tabla muy, muy degradada”.
“No podemos confirmar que hayamos encontrado a Cervantes”, añadió. Pero la pista es inmejorable. El hallazgo se produjo durante el fin de semana. Los arqueólogos apenas habían iniciado la excavación de los nichos en la cripta del convento de las Trinitarias de Madrid, donde Cervantes fue enterrado en 1616. La ubicación exacta de la sepultura es el misterio que los expertos tratan de resolver cuatro siglos después.
En su interior encontraron huesos pertenecientes a al menos 10 cuerpos y restos de un sarcófago de madera marcado con las iniciales “M.C.” en tachuelas metálicas. Algunos de los huesos del nicho ya han sido descartados, porque se trata de niños. El resto está en estudio. Los huesos están siendo clasificados y analizados por los forenses en el interior de la cripta. El equipo de investigación ha convertido este espacio de apenas 10 metros de largo y 6 de ancho en un moderno laboratorio.
“La tarea de documentación histórica está en curso”, explicó Almudena García Rubio, directora del proyecto.
El autor español murió a los 69 años (1547-1616), tenía la mano izquierda inutilizada por una herida de guerra que sufrió en la batalla de Lepanto, otras dos marcas de fusil arcabuz en el pecho y apenas seis dientes.

